WASHINGTON, 6 Oct. (Reuters/EP) -
Un total de 44 militares de las Fuerzas Armadas de Afganistán han aprovechado para fugarse en Estados Unidos mientras participaban en cursos de entrenamiento en un periodo que no llega a los dos años, según los cálculos del Pentágono.
Aunque el número de 'desaparecidos' es relativamente bajo frente a un total de 2.200 militares afganos que han recibido entrenamiento militar en Estados Unidos desde 2007, los casos suscitan preguntas sobre la seguridad y las evaluaciones realizadas en el marco de estos programas de entrenamiento.
Además, las deserciones podrían suponer un tema polémico para el Gobierno estadounidense, que se ha gastado miles de millones de dólares en entrenar a los militares afganos y que ahora está intentando liberarse de la carta de esta campaña bélica.
Las deserciones también podrían provocar críticas por parte de los seguidores del candidato presidencial republicano, Donald Trump, que ha acusado a Obama de no impedir la entrada de inmigrantes de países musulmanes.
Aunque militares de otros países también han aprovechado los viajes a Estados Unidos para huir, un responsable del Pentágono ha dichoq ue la frecuencia con la que desertan los uniformados afganos "se sale de lo habitual".
Desde septiembre de 2016, se han fugado de bases militares estadounidenses sin autorización ocho militares afganos, según ha contado a Reuters un portavoz del Departamento de Defensa, Adam Stump. En total, desde enero de 2015, 44 militares afganos han abandonado los programas de entrenamiento en Estados Unidos para quedarse en el país.
"El Departamento de Defensa está evaluando las vías para reforzar los criterios de selección para programas de entrenamiento para poder reducir la probabilidad de que un individuo afgano se fugue de un entrenamiento en Estados Unidos y se convierta en un ausente sin permiso", ha contado Stump.
El portavoz del Pentágono ha contado que los afganos que participan en los programas de entrenamiento en Estados Unidos no pueden haber sido miembros de grupos de milicianos y no pueden haber participado en abusos de los Derechos Humanos.
Un responsable de Defensa ha dicho, bajo condición de anonimato, que no existen pruebas que apunten que los fugados hayan abandonado los programas de entrenamiento para cometer crímenes o que representen una amenaza para Estados Unidos.
Desde 2002, Estados Unidos ha destinado más de 60.000 millones de dólares en entrenar y equipar a las Fuerzas Armadas afganas, aunque la seguridad sigue siendo una tarea pendiente en el país centroasiático y los talibán controlan ahora más territorio que en 2001.
En algunos casos, según las autoridades estadounidenses, los militares afganos que han desparecido estaban en cursos de unidades de élite como los Rangers o de unidades de Inteligencia. Aunque se encontraban en Estados Unidos por programas de entrenamiento militar, no en todos los casos residían en bases militares.
En uno de los casos, el Pentágono ha confirmado que un militar afgano fue detenido por la Policía de Canadá cuando intentaba entrar en el país desde Estados Unidos.
