Actualizado: lunes, 5 junio 2017 4:55

MARAWI (FILIPINAS), 5 Jun. (Reuters/EP) -

Miles de civiles que esperaban ser evacuados de la localidad filipina de Marawi, en medio de los combates entre el Ejército y el grupo Maute, han permanecido en la ciudad a causa del colapso del alto el fuego pactado entre las partes.

En total, 134 personas han sido rescatadas durante la jornada del domingo, a pesar de que el Gobierno había indicado que esperaba que cerca de un millar abandonaran la ciudad tras cerca de dos semanas de combates.

El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, había indicado que la situación sería resuelta en unos días, a pesar de la resistencia presentada por los milicianos del grupo Maute, vinculados al grupo yihadista Estado Islámico.

"Esto habrá terminado en tres días", dijo Duterte el sábado. "No dudaré a la hora de utilizar todo el poder disponible", agregó.

Los enfrentamientos con el grupo Maute, integrado por antiguos miembros de la guerrilla del Frente Moro de Liberación Nacional (FMLN) y combatientes extranjeros, se iniciaron el pasado 23 de mayo, cuando en una emboscada murieron una decena de soldados filipinos.

Los combates estallaron en un intento del grupo Maute por esconder al líder del grupo islamista Abú Sayyaf, Isnilon Hapilon, también 'emir' de Estado Islámico en el país asiático, objetivo de la operación militar lanzada ese día en Marawi.

Hace una semana, el secretario de Defensa de Filipinas, Delfín Lorenzana, se mostró confiado en que los enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y los rebeldes del grupo islamista acabarían en siete días.

Ahora, el portavoz de las Fuerzas Armadas, Restituto Padilla, ha explicado que no han logrado este objetivo porque "el enemigo" está utilizando a civiles como escudos humanos, por lo que han impedido al Ejército avanzar en las operaciones de barrido en la ciudad.

El balance oficial indica que un total de 120 insurgentes han muerto, así como 36 soldados --once lo hicieron por 'fuego amigo' esta misma semana-- y 20 civiles, uno de ellos durante el operativo de rescate del sábado por la mañana.

No obstante, estas cifras podrían aumentar en los próximos días, ya que algunos supervivientes sostienen que todavía hay cuerpos en las calles, en las acequias y en las esquinas.

El presidente dijo el pasado mes de abril que Hapilon podría haber muerto en un bombardeo realizado el pasado mes de enero, cuando las Fuerzas Armadas anunciaron que 15 terroristas que acompañaban a Hapilon habían muerto en un bombardeo aéreo. Lorenzana confirmó entonces que el líder insurgente había resultado herido de gravedad.

Hapilon se encuentra además en la lista de más buscados del FBI por su papel en el secuestro de 17 filipinos y tres estadounidenses. Sobre él pesa una recompensa de cinco millones de dólares.

Más noticias

Leer más acerca de: