Miles de refugiados palestinos de Yarmuk viven en condiciones "en rápido deterioro", según alerta la UNRWA

Asentamiento palestino de Yarmuk (Siria)
SANA SANA / REUTERS - Archivo
Actualizado: miércoles, 18 abril 2018 23:53

BEIRUT, 18 Abr. (Reuters/EP) -

Miles de refugiados palestinos residentes en el campamento de Yarmuk, ubicado en los alrededores de la capital siria, Damasco, se encuentran en una condiciones "en rápido deterioro" y con escasez de alimentos y medicinas, ante los preparativos del Ejército para lanzar una ofensiva contra la zona.

"La situación humanitaria en Yarmuk y sus alrededores ha sido muy dura desde hace tiempo y se está deteriorando rápidamente", ha dicho el portavoz de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA), Chris Gunness.

"Los suministros de comida y medicinas se están agotando. No hay agua potable y muy poca electricidad. Las opciones sanitarias son limitadas y no quedan doctores en el área", ha alertado.

La UNRWA ha indicado que los refugiados de Yarmuk suponen cerca de la mitad de los 12.000 civiles que se encuentran en la zona, controlada por milicianos islamistas desde hace años.

Gunness ha indicado que los puestos de control ubicados en los accesos al campamento han permanecido cerrados durante la práctica totalidad del último mes, al tiempo que ha subrayado que "las cosas ya eran espantosas incluso antes de este último repunte de violencia".

El Ejército sirio comenzó el martes a bombardear Yarmuk, la última zona cercana a la capital del país que continúa bajo control de milicianos de Estado Islámico y del antiguo Frente al Nusra, según explicó un alto mando de las fuerzas leales al régimen que preside Bashar al Assad.

Tras la toma de Ghuta Oriental, también en la periferia de la capital siria, la recuperación del campo de refugiados de Yarmuk y las zonas colindantes situadas al sur de Damasco supondría para el Gobierno sirio retomar el control de toda la urbe.

Yarmuk, que es el mayor campo de refugiados palestinos en Siria desde mediados del siglo XX, ha permanecido bajo control de los milicianos de Estado Islámico en los últimos años. Aunque la mayoría de los residentes han huido, Naciones Unidas estima que quedan dentro del campo varios miles de personas.

El régimen que preside Al Assad se ha visto beneficiado desde 2015 por el apoyo de las Fuerzas Armadas de Rusia, que le ha permitido importantes avances en los últimos meses en diversos frentes de batalla.

La guerra ha acabado con la vida de más de 500.000 personas desde marzo de 2011, con implicación de otras fuerzas de la región como Irán y el partido milicia chií libanés Hezbolá, además de Turquía y Arabia Saudí, que respaldan a grupos rebeldes.

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