Actualizado: miércoles, 24 febrero 2016 13:41

MISRATA (LIBIA), 24 Feb. (Reuters/EP) -

Milicianos locales han conseguido expulsar a los terroristas de Estado Islámico de la ciudad de Sabratha, en el oeste de Libia, tras los combates mantenidos en la noche del martes al miércoles y después de que hubieran logrado acceder a la urbe, según han informado las autoridades.

Los milicianos islamistas han conseguido sacar ventaja del caos político que vive el país para asentarse en Libia, con terroristas haciéndose con el control de Sirte y atacando otras localidades del país.

Los últimos combates en Sabratha han comenzado cuando las brigadas locales, que anteriormente formaban parte de los grupos que se unieron para derrocar al régimen del coronel Muamar Gadafi en 2011, atacaron varias posiciones de Estado Islámico en el sur de la localidad, según ha contado en un comunicado el Consejo Municipal de Sabratha.

Los milicianos de negro, según esta versión, se han aprovechado del "vacío de seguridad" en la ciudad y se han desplegado en la zona, siendo expulsados por las brigadas de milicianos locales. A última hora del martes, el alcalde de Sabratha dijo que al menos cuatro milicianos locales han muerto y otros cinco han resultado heridos en los enfrentamientos.

Medios locales han informado de la muerte de al menos 17 combatientes de las brigadas locales, aunque las autoridades no han confirmado ese balance.

Una fuente de los servicios de seguridad de la localidad de Zintan, en el oeste del país, ha explicado que las autoridades han acordado tratar a cinco milicianos de Sabratha heridos, un gesto que apunta a un acercamiento entre las brigadas de uno y otro lado para luchar contra Estado Islámico.

Estas dos ciudades han estado en lados opuestos en la Libia posterior al régimen de Gadafi, con Zintan aliada con el Gobierno reconocido a nivel internacional, y Sabratha respaldando al Ejecutivo rebelde asentado en Trípoli desde que tomó la capital del país en 2014.

El 22 de febrero, fuerzas de Estados Unidos llevaron a cabo un ataque aéreo contra un campo de entrenamiento de Estado Islámico en Sabratha y acabaron con la vida de al menos 50 personas, incluidos dos diplomáticos serbios que estaban secuestrados.

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