Mosul, la fortificación del Estado Islámico

Militant Islamist fighters on a tank take part in a military parade along the st
STRINGER . / REUTERS
Actualizado: sábado, 24 enero 2015 22:37

BAGDAD, 24 Ene. (Reuters/EP) -

Trincheras, muros y puentes destruidos. El Estado Islámico está convirtiendo la ciudad de Mosul en una verdadera fortaleza de cara a los próximos combates con los peshmerga, el Ejército kurdo, que están conteniendo la extensión de los yihadistas en el occidente de la ciudad. Mosul, la segunda ciudad más poblada de Irak, y la ciudad más importante que controla el Estado Islámico, se defiende por todos los medios. Mientras tanto, la vida se abre paso en una ciudad regida por la 'sharia', ley islámica, y la Hisba, policía moral islámica.

"Los islamistas van a defender Mosul hasta derramar su última gota de sangre", explica a Reuters un exgeneral del Ejército iraquí, quien entiende que la ciudad de Mosul representa un termómetro para el Estado Islámico, "esta batalla podría definir su existencia". "Perder Mosul significaría el fracaso del Estado Islámico en Irak", añade.

Así, los yihadistas han planificado excavar trincheras mediante un contrato de obra pública adjudicado por un valor de 4.000 dólares, unos 3.500 euros, por kilómetro de construcción. Junto a las trincheras, los milicianos islamistas han sellado la entrada occidental de la ciudad con unos muros de cemento de tamaño colosal y han destruido puentes de acceso por los que podrían avanzar los peshmerga.

La ciudad, que fue tomada en el mes de agosto, ha sido objetivo de los peshmerga, militares del Kurdistán iraquí, quienes han alcanzado por primera vez en meses las afueras de la ciudad de Mosul con cohetes Grad lanzados contra una reunión de dirigentes del grupo yihadista.

La fortificación de Mosul responde a una estrategia de defensa para asegurar el control sobre una ciudad con un valor estratégico fundamental en su proyecto de extender territorialmente un califato.

LA VIDA DIARIA EN MOSUL

En el centro histórico de la ciudad se sitúa la sede del tribunal religioso, el principal órgano de justicia que usan los nuevos dirigentes yihadistas. La 'sharia' es el código de conducta que dictamina el modo de vida en Mosul, así la pasada semana el Estado Islámica publicó en Internet su concepto de Justicia: distintas imágenes de castigos físicos infligidos contra una mujer supuestamente adúltera, una pareja de homosexuales que fueron lanzados desde un edificio o la crucifixión de un presunto ladrón.

"El juez dijo que el islam es la verdadera religión y la que debemos adoptar o moriríamos como infieles", relata Raheel, una mujer cristiana de 71 años que tuvo una vista judicial por ser una representante religiosa de la comunidad cristiana local.

En el juicio, guardias armados escoltaron al jurado, mientras el juez inició la vista recitando versos del Corán y dichos del profeta Mahoma.

El Estado Islámico administra cuatro organismos locales, entre ellos la Policía de tráfico y la Hacienda pública, que recauda impuestos de empresas y particulares. No obstante, el cuerpo más temido es la Hisba o Policía moral islámica, que defiende a rajatabla la interpretación yihadista de las leyes.

Además, las unidades de inteligencia han detenido a decenas de exoficiales, reteniéndoles para prevenir cualquier revuelta y tratando de aprovechar su conocimiento militar. "Nosotros les investigamos para averiguar por qué no se están uniendo Estado Islámico", asegura un dirigente del Estado Islámico en declaraciones telefónicas a Reuters.

El código religioso impuesto por la Hisba incluye distintas privaciones individuales como la prohibición de fumar o la prohibición de portar camisetas con mensajes en lengua inglesa.

Los nuevos dirigentes de Mosul han instaurado un sistema educativo de segregación y en las escuelas femeninas hay un estricto código de vestimenta. Un padre de Mosul cuenta cómo decidió que su hija de 13 años no acudiera a la escuela por la obligación yihadista de que la menor se cubriera el rostro con un velo. "Es mejor que ella esté en casa libre a que vaya prisionera a una escuela", destaca este ciudadano.

DIFICULTADES ECONÓMICAS

Los antiguos funcionarios han pasado a trabajar para la administración del Estado Islámico. Sin embargo, los pagos provienen de Bagdad, algo que políticamente se entiende como una forma de aliviar las condiciones económicas en las que ha sumido a la población local los nuevos dirigentes yihadistas.

Se calcula que los alimentos y recursos siguen llegando a la ciudadania de Mosul, a un precio similar al anterior a la invasión del Estado Islámico, aunque sí se tiene constancia de la importante cantidad de impuestos a los cuales el régimen yihadista somete a la población local. Existen distintas clases de tasas que dificultan la supervivencia de pequeños comerciantes, quienes denuncian una red de extorsión.

Las carnicerías deben pagar un impuesto de alrededor de cuatro dólares al día, unos 3 euros, para acceder a los mataderos y comprar productos vacunos y ovinos. Por su parte, los arrendatarios de locales situados en edificios que fueron confiscados por los yihadistas deben pagar el alquiler a los milicianos.

El petróleo es la principal fuente de riqueza para el Estado Islámico. Así docenas de refinerías caseras han surgido en torno a la ciudad de Mosul, ya que trasladar petróleo de contrabando desde Siria, anterior actividad económica que aprovechaban los milicianos, es cada vez más difícil.

No obstante la riqueza del grupo se extiende más allá de contrabando de petróleo y la extorsión. El ministro de Finanzas iraquí, Hoshiyar Zebari, estima que los yihadistas suníes han saqueado 456 millones de dólares, unos 406 millones de euros, de los bancos en Mosul, Tikrit y Baiji desde su ofensiva de junio.

Según Zebari, la mayor parte del dinero ha sido destinado a la fortificación de Mosul, donde se dirimirán las batallas más importantes para el futuro de la organización. "El Estado Islámico es rico", asegura el ministro.

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