Actualizado: miércoles, 10 mayo 2017 22:08

PRETORIA, 10 May. (Reuters/EP) -

Miles de manifestantes, protestando por la falta de empleo y de vivienda digna por tercer día consecutivo, se han vuelto a enfrentar a la Policía en el distrito financiero de Johannesburgo y Pretoria, aumentando la presión contra el Gobierno del presidente, Jacob Zuma, y su mala gestión de la crisis económica en Sudáfrica.

La indignación popular ha aumentado en los últimos meses, motivada por la ineficacia de la Administración del presidente sudafricano a la hora de lidiar con el bajo crecimiento económico del país. La última remodelación de su Ejecutivo ha provocado numerosas críticas.

Los altos niveles de pobreza y desempleo más de 23 años después del final de Apartheid son los principales factores detrás de la enorme indignación pública. Este miércoles, varios habitantes de un asentamiento informal en Laudim, al oeste de Pretoria, han bloqueado las carreteras con neumáticos ardiendo y rocas, exigiendo la instalación de un tendido eléctrico en su barrio. El portavoz de la Policía metropolitana, el superintendente Isaac Mahamba, ha asegurado en la televisión sudafricana que la situación se ha tranquilizado.

En Finetown, al sur de Johannesburgo, los manifestantes han lanzado rocas contra los antidisturbios, que han utilizado balas de goma y gas lacrimógeno para despejar las protestas.

"La situación aquí es que compartimos terrenos. Hay una grave falta de empleos, no hay proyectos, los jóvenes están desesperados, no hay nada para ellos", ha explicado un líder comunitario en Finetown. Las protestas comenzaron en las localidades de Eldorado Park y Ennerdale, al sur de Johhanesburgo, durante el martes y el lunes.

La economía de Sudáfrica sólo ha crecido un 0,3 por ciento el año pasado. Los niveles de desempleo son de un 26,5 por ciento y gran parte de la población negra del país continúa sin tener agua corriente, electricidad, carreteras y escuelas después del fin del Apartheid.

Zuma tuvo que abandonar el 1 de mayo un acto con motivo del Día Internacional de los Trabajadores tras ser abucheado por muchos de los presentes, que reclamaron su dimisión. Seguidores y opositores de Zuma terminaron por protagonizar enfrentamientos de escasa consideración durante el acto, celebrado en la localidad de Bloemfontein, provocando la cancelación del mismo y la retirada del presidente, quien fue escoltado.

Las protestas estuvieron encabezadas por miembros del Congreso de Sindicatos Sudafricanos (COSATU) --que forma parte de la alianza gubernamental--, organismo que reclamó recientemente la dimisión del presidente.

A estos llamamientos se han sumado en las últimas semanas los veteranos del ANC --que incluye a activistas que lucharon contra el Apartheid, ministros y comisarios--, quienes han pedido al partido que "haga lo correcto y pida el cese del presidente".

En estos momentos, el Tribunal Constitucional está debatiendo si la moción de censura contra Zuma reclamada por la oposición podrá ser votada en secreto, algo a lo que se ha opuesto la presidenta del Parlamento, Baleka Mbete.

Zuma se ha enfrentado a numerosos escándalos a lo largo de su mandato de siete años de duración y recientemente ha sobrevivido a una moción de censura en el Parlamento después de que el Tribunal Constitucional le acusara de haber violado la Constitución.

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