MADRID, 17 Jul. (EUROPA PRESS) -
El director general de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), William Lacy Swing, ha reclamado este martes un incremento de la ayuda a los refugiados rohingyas en Bangladesh y ha advertido del impacto del clima, la falta de financiación y la incertidumbre sobre su futuro en la situación que atraviesan.
Swing ha realizado una visita al campamento de refugiados en Cox's Bazar y ha indicado que "un fracaso a la hora de (aumentar la ayuda) tendrá consecuencias trágicas para el cerca de millón de rohingyas que se resguardan en Bangladesh".
"Los rohingyas de Cox's Bazar están en peligro de convertirse los miserables de la tierra, sin techo y sin futuro", ha dicho, antes de recalcar que "el mundo debe unirse para apoyarles".
Las declaraciones de Lacy han llegado tras su encuentro con la primera ministra de Bangladesh, Sheij Hasina, y tras su reunión de la semana pasada con la consejera de Estado de Birmania, Aung San Suu Kyi.
Por su parte, Hasina ha asegurado que "el bienestar de rohingyas es una preocupación (para Bangladesh) mientras se encuentren aquí (en Cox's Bazar), antes de destacar el impacto que están teniendo los refugiados sobre la situación socioeconómica de la comunidad local.
En otro orden de cosas, Swing ha destacado las mejoras en la gestión de los campos y a nivel de infraestructura por parte de la OIM, si bien ha advertido de la escasez de fondos de cara a la temporada de monzones.
"Todo el mundo debe reconocer, además de las necesidades de los refugiados, el tremendo impacto que esta crisis está teniendo sobre la comunidad de acogida", ha reconocido el director general del organismo internacional, que se ha reunido con jóvenes madres de la comunidad local y de los refugiados.
"Todas las madres, refugiadas y locales, deben tener acceso a instalaciones seguras e higiénicas para dar a luz, y es profundamente preocupante que la escasez de financiación amenace ahora estos cruciales servicios de maternidad, que están generando tanta diferencia en las vidas de mujeres y niños de todos los orígenes", ha dicho.
Por último, Swing ha aplaudido la hospitalidad de la comunidad local y del Gobierno de Bangladesh y ha reiterado que "el mundo reconoce el enormemente generoso apoyo que el Ejecutivo de Bangladesh y la comunidad de acogida en Cox's Bazar han ofrecido a estos refugiados, que llegaron en condiciones desesperadas y sin nada".
La crisis estalló en agosto de 2017, cuando el Gobierno birmano lanzó una ofensiva militar en respuesta a varios ataques de insurgentes rohingyas contra las fuerzas de seguridad. Cerca de cien personas murieron y decenas de pueblos quedaron reducidos a cenizas. Cerca de un millón de rohingyas cruzaron la frontera a Bangladesh para huir de la violencia.
Bangladesh ya acogía miles de rohingyas que han ido llegando a cuentagotas en los últimos años por lo que denuncian como una persecución por parte de las autoridades birmanas. Birmania considera que los rohingyas, una minoría étnica de fe musulmana, son descendientes de inmigrantes ilegales de Bangladesh, por lo que no les reconoce como ciudadanos, desponjándoles así de todo derecho.
