La ONU dice que la campaña de Estado Islámico contra los yazidíes podría equivaler a un intento de genocidio

Actualizado: jueves, 2 julio 2015 3:15

NUEVA YORK, 22 Oct. (Reuters/EP) -

El vicesecretario general de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Ivan Simonovic, ha afirmado este martes que la campaña lanzada por el grupo extremista Estado Islámico contra la minoría yazidí en Irak podría equivaler a un intento de genocidio.

"Los hechos indican que las acciones contra los yazidíes podrían equivaler a un intento de genocidio", ha dicho, en medio de la nueva ofensiva del grupo yihadista en Sinyar, estrechando el cerco sobre los yazidíes que se encuentran atrapados en la zona. Los milicianos de Estado Islámico han ejecutado, quemado vivos o vendido como esclavos a miles de miembros de esta comunidad.

La Convención sobre la Prevención y Castigo del Crimen del Genocidio, firmada en 1948, define el genocidio como un intento de destruir total o parcialmente un grupo nacional, étnico, racial o religioso.

La convención contempla que esto sea hecho a través de la ejecución de los miembros, causando daños mentales o físicos graves, imponiendo condiciones deliberadas destinadas a su destrucción física, impidiendo los nacimientos o trasladando de forma forzosa a los niños nacidos en dicha comunidad.

El yazidismo es una religión minoritaria que se remonta al año 2.000 a.C. y que tiene sus orígenes en el zoroastrismo, es decir, se basa en las enseñanzas del profeta y reformador iraní Zoroastro.

Actualmente, no hay una cifra exacta del número de miembros, pero se estima en unas 500.000 personas en Irak, además de otras 200.000 repartidas por el resto del mundo, según la Organización por los Derechos Humanos de los Yazidíes.

Los yazidíes viven mayoritariamente en la provincia de Nínive, en el norte de Irak, y en las regiones de Jabal Sinyar y Shaija, siendo su epicentro la ciudad de Mosul. También hay yazidíes en algunas zonas de Irán, Turquía y Siria.

Estado Islámico declaró un califato a finales de julio de 2014 y, desde entonces, se está dedicando a expulsar a las religiones minoritarias de la zona por considerarlos infieles, además de amenazarlos de muerte por no convertirse al Islam.

Esto ha provocado que los yazidíes se hayan refugiado en las montañas de Sinyar, en las cuales se encontrarían entre 35.000 y 50.000 personas, según la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios de Naciones Unidas (OCHA).

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