Hombre con una caja de ayuda humanitaria del PMA en Siria
BASSAM KHABIEH/REUTERS
Actualizado: sábado, 12 noviembre 2016 9:22

MADRID, 12 Nov. (EUROPA PRESS) -

La falta de seguridad y la continua amenaza a los trabajadores humanitarios en países como Siria, Afganistán, Somalia y Sudán del Sur, limitan la ayuda a millones de personas, según han denunciado Humanitarian Outcomes y el Global Public Policy Institute (GPPI), que han alertado de que más de 300 cooperantes han muerto desde 2011 tratando de asistir a las poblaciones más vulnerables.

Según el informe conjunto 'Acceso Seguro en Ambientes Volátiles' ('SAVE', según sus siglas en inglés), el nivel de seguridad y la falta de acceso en estos países, que concentran el 60 por ciento de los ataques a nivel mundial, determinan el acceso a la ayuda humanitaria.

El documento, que analiza el impacto de los conflictos armados en la forma en que se asiste a las poblaciones afectadas, establece que más de 1.000 trabajadores humanitarios han resultado heridos o han sido secuestrados durante los últimos cinco años en los cuatro países más violentos del mundo.

Los conflictos bélicos dificultan el trabajo de las organizaciones humanitarias en mayor medida que los desastres naturales, según ha indicado Humanitarian Outcomes, que ha manifestado que la ayuda únicamente llega a las poblaciones afectadas por la violencia en proporciones muy bajas.

En aquellos lugares en los que no existe amenaza o violencia, las organizaciones han logrado distribuirse en las inmediaciones de las zonas más afectadas. Según el informe, en países como Afganistán, Somalia, Sudán del Sur y Siria, que suman más de 561 ataques entre 2011 y 2015, es necesario que los grupos de ayuda varíen su forma de trabajo poder lidiar con la inseguridad.

Según el estudio realizado por el GPPI y Humanitarian Outcomes durante dos años, la limitación del acceso por parte de las organizaciones está determinada fundamentalmente por la inseguridad. Cuanta más violencia se registra en una zona, menos proyectos humanitarios se realizan en la misma a pesar de que la necesidad aumente.

Cuando las agencias ven dificultada la gestión y distribución de la ayuda, existen menos posibilidades de identificar a los sectores demográficos más vulnerables, según muestra el documento, que establece que aunque algunas organizaciones continúan operando en lugares de conflicto asumiendo los riesgos, la mayoría reducen significativamente su presencia en estos lugares.

AYUDA HUMANITARIA IMPARCIAL

La cobertura humanitaria en algunos países, como en Siria, se encuentra condicionada políticamente en determinadas regiones, donde las zonas bajo control gubernamental reciben un mayor apoyo humanitario y una mejor distribución del mismo.

En Afganistán, donde se han registrado 269 ataques en los últimos cuatro años, las organizaciones se han visto forzadas a establecerse en las zonas donde hay una menor incidencia de la violencia. En Sudán del Sur, por otra parte, los trabajadores humanitarios han tenido que variar el nivel de respuesta para ofrecer una asistencia rápida y concreta.

En Somalia, que constituye desde 1990 el país más peligroso para las ONG, la violencia del grupo terrorista Al Shabaab ha provocado que las organizaciones internacionales contraten a miembros de grupos humanitarios locales.

Según el informe, varias ONG a nivel internacional tienen su base más cercana en Nairobi, la capital de Kenia, no dentro de Somalia. La mayoría de la ayuda desplegada en el país se encuentra en Mogadiscio, así como en otras urbes donde sus movimientos están estrictamente limitados.

Siria ha sido el país más afectado por la violencia. Según el documento, el Gobierno ha influido en la distribución de la ayuda, lo que ha provocado una gestión imparcial de la misma. La mayoría de las organizaciones han respondido a las necesidades de los sirios desde Turquía.