Presidente de Georgia, Georgy Margvelashvili
DAVID MDZINARISHVILI / REUTER
Actualizado: lunes, 9 octubre 2017 21:09

TIBILISI, 9 Oct. (Reuters/EP) -

El presidente de Georgia, Giorgi Margvelashvili, ha vetado este lunes el borrador de la nueva Constitución y lo ha reenviado al Parlamento con sus objeciones, entre las que se incluye su oposición a acabar con las elecciones directas para designar al jefe de Estado.

El Parlamento, formado en su mayoría por miembros del partido Sueño Georgiano-Georgia Democrática, aprobó el nuevo texto hace una semana a pesar de las objeciones de Margvelashvili y de la oposición.

Bajo la nueva propuesta de Constitución, las elecciones directas para el presidente desaparecerían a partir de 2024, el país avanzaría progresivamente hacia un sistema electoral proporcional y el sistema de bloques electorales desaparecería.

Margvelashvili, que fue elegido presidente en 2013 por un mandato de cinco años, ha asegurado estar a favor de unas elecciones presidenciales directas en lugar de un sistema en el que el jefe de Estado sea nombrado por el Parlamento.

Asimismo, el mandatario georgiano ha propuesto a la mayoría parlamentaria permitir a los partidos políticos formar bloques electorales para las elecciones de 2020.

Margvelashvili también ha subrayado su idea de poner fin al sistema de 'bonus', bajo el cual los votos de los partidos que no han conseguido el apoyo suficiente para entrar en el Parlamento son transferidos a la formación ganadora de las elecciones.

Otra de sus apuestas ha sido la defensa de un cambio hacia un sistema electoral proporcional para 2020, es decir, un sistema en el que el porcentaje de votos que reciban las candidaturas determine directamente el número de escaños que se les asignará.

Las próximas elecciones presidenciales en Georgia se celebrarán en 2018 y no está claro si Margvelashvili, que está en desacuerdo en algunas cuestiones con el actual partido gobernante, se presentará a la reelección.

Los parlamentarios de Sueño Georgiano han garantizado, después de adoptar la nueva Constitución, que sólo recogerán dos de las objeciones del presidente, de tal forma que permitirán que los partidos formen bloques electorales y eliminarán el sistema de bonificación de voto.

El partido gobernante cuenta con una mayoría constitucional en el Parlamento, lo que les permite ignorar el veto del presidente.

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