BRUJAS (BÉLGICA), 23 Oct. (EUROPA PRESS) -
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha reclamado este jueves a las instituciones de la UE y al resto de socios comunitarios apoyo para reforzar las interconexiones energéticas de la Península Ibérica con el resto de Europa, lo que a su juicio servirá para reducir la dependencia del gas ruso y "preservar la independencia política de la UE".
Para Rajoy, la Península Ibérica puede servir de "puente energético" entre los países del sur, como Argelia que es un importante exportador de gas, y el resto de la UE. "Para ello, debe dejar de ser una isla energética y debe desarrollar, con el apoyo decidido de las instituciones y de los socios de la Unión, las interconexiones necesarias", ha reclamado el presidente del Gobierno en su discurso durante la ceremonia de apertura de curso del Colegio de Europa en Brujas.
"Para que la energía del sur pueda fluir efectivamente al resto de Europa y compensar eventuales cortes de suministro desde el Este, es necesario impulsar las infraestructuras de interconexión entre la Península Ibérica, España y Portugal, y el resto de Europa", ha insistido.
"No hay otra forma más rápida, menos costosa y más eficaz para diversificar las fuentes energéticas e incrementar la seguridad de suministro en Europa. No se trata sólo de la seguridad energética, sino también de preservar la independencia política de la UE", ha alegado el presidente del Gobierno.
En su discurso ante los alumnos del Colegio de Europa, Rajoy se ha comprometido a mantener el compromiso europeísta de España y las reformas económicas, pero también ha reclamado a la UE que haga más para consolidar la recuperación.
"Por mucho que hagamos nosotros y los demás, el camino hacia el crecimiento y la competitividad no lo podemos recorrer aisladamente. La UE y sus instituciones deben hacer más, más rápido y más eficazmente para crear un verdadero mercado interior", ha resaltado el presidente del Gobierno.
Rajoy ha defendido acelerar las negociaciones para un acuerdo de libre comercio entre la UE y EEUU, ha reclamado una auténtica política de inmigración común y también ha apostado por una mayor intervención de la UE en crisis globales como la del ébola.
