Soldado filipino en Marawi
REUTERS / JORGE SILVA
Actualizado: lunes, 23 octubre 2017 13:24

MARAWI (FILIPINAS), 23 Oct. (Reuters/EP) -

La ciudad de Marawi, en la isla de Mindanao, comienza a recuperar la normalidad de forma progresiva con el regreso de los civiles tras el final de cinco meses de batalla entre las fuerzas de seguridad filipinas y los milicianos del Grupo Maute, vinculado con Estado Islámico.

Baimona Amintao confía en que su regreso se materialice en cuanto las autoridades comiencen a sortear la primera serie de refugios temporales creados para aquellos que han perdido sus hogares por la ofensiva militar para recuperar Marawi.

Amintao y sus cinco hijos figuran entre los miles de familias de desplazados que han abandonado sus hogares desde que comenzaron los combates en Marawi el 23 de mayo, cuando las fuerzas de seguridad trataron de arrestar al líder de Abú Sayyaf, Isnilon Hapilon, el 'emir' de Estado Islámico en el sureste asiático.

Este lunes, el Gobierno de Filipinas ha anunciado el final de las operaciones militares en Marawi tras el final de la ofensiva militar contra la que ha sido la mayor amenaza a la seguridad que ha sufrido el país en los últimos años. El fin de la campaña militar dará paso al proceso de reconstrucción y de rehabilitación de edificios y viviendas.

La agencia inmobiliaria de Filipinas ha anunciado que en los próximos meses construirá más de 1.000 viviendas temporales, con baños y cocinas, en las afueras de Marawi. Los residentes cuyas viviendas han quedado destrozadas por la batalla tendrán prioridad a la hora de que se les asigne un alojamiento por sorteo.

"Confía en que pueda ser incluido en el sorteo para poder estar allí por el bien de mis hijos", ha señalado a Reuters Amintao, una mujer de 26 años que antes tenía una tienda de verduras. "Muchas personas aquí dar prioridad a sus hijos porque muchos de los niños no pueden vivir en tiendas de campaña y están enfermando", ha señalado.

El Gobierno de Filipinas estima que la reconstrucción de Marawi costará al menos 50.000 millones de pesos (unos 971 millones de dólares). El conflicto ha acabado con la vida de 920 milicianos, 165 militares y 45 civiles, además de dejar a 300.000 personas desplazadas de sus hogares.

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