EUROPA PRESS
Actualizado: domingo, 24 septiembre 2017 6:50

MADRID, 24 Sep. (EDIZIONES) -

Este domingo los alemanes están llamados a las urnas para elegir a los nuevos miembros del Bundestag y decidir si Ángela Merkel revalida su cargo como canciller del país por cuarta ocasión consecutiva.

La candidata democristiana es la favorita en las encuestas, que vaticinan que su partido (CDU/CSU) podría doblar en votos a los socialdemócratas (SPD) liderados por Martin Schulz. No obstante, todo parece indicar que tendrá que buscar acuerdos con otras fuerzas políticas para gobernar, algo muy frecuente en la historia democrática de Alemania.

Las primeras elecciones en la Alemania reunificada, que tuvieron lugar en 1990, dieron la victoria al democristiano Helmut Kohl, que gobernaba la Alemania Federal desde 1982. Los 319 escaños obtenidos por la CDU/CSU, sumados a los 79 del partido liberal (FDP) sirvieron para formar un gobierno de coalición entre ambas fuerzas políticas.

En 1994, Kohl revalidó su cargo tras alcanzar una victoria electoral mínima. La coalición formada por la CDU/CSU y la FDP alcanzó una mayoría de 10 escaños sobre todas las fuerzas de la oposición y Los Verdes se convirtieron en la tercera fuerza política por delante de los liberales (FDP) de Klaus Kinkel y los comunistas (PDS) de Gregor Gysi.

Fue en 1998 cuando la coalición de socialdemócratas y verdes, presidida por Gerhard Schröder, desplazó del poder a la alianza formada por la CDU/CSU y el Partido Liberal (FDP). Los 298 escaños del SPD, sumados a los 47 de los verdes, superaban en 57 a los de la anterior coalición.

En las siguientes elecciones, las de 2002, la coalición liderada por Schröder se mantuvo en el poder, pero redujo sustancialmente su ventaja, al obtener 306 escaños frente a los 295 que sumaban conservadores y liberales. La caída en votos de los liberales y el ascenso de Los Verdes alejaron al aspirante Edmund Stoiber de la cancillería y, por primera vez, el Partido Comunista perdió su grupo parlamentario.

Ángela Merkel llegó al poder en 2005, después de imponerse a Schröder por un escaso margen. La coalición democristiana liderada por Merkel obtuvo entonces un 35,2% de los votos frente al 34,3% del SPD, por lo que ambos partidos se vieron obligados a negociar para la formación de una 'gran coalición' de gobierno.

La canciller alemana sería reelegida en 2009, esta vez por un amplio margen: el 33,9% de los votos frente al 23,4% obtenido por el SPD, el peor resultado del partido socialdemócrata desde la fundación de la República Federal. Los liberales, que obtuvieron 93 escaños, volvieron a convertirse en los socios de gobierno de la democracia cristiana, mientras que Die Linke (La Izquierda) --un partido que reunía a los excomunistas de la RDA y a una escisión de los socialdemócratas-- obtuvo 76.

Las últimas elecciones generales celebradas en Alemania, en 2013, supusieron el regreso de la 'gran coalición'. Con un 41,5% de los votos, Merkel logró el mejor resultado de su partido desde 1990, pero la fuerte caída de sus socios liberales, que se quedaban fuera del parlamento, le obligó a buscar un acuerdo de gobierno con el partido socialdemócrata de Sigmar Gabriel, que obtuvo 193 escaños.

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