PEKÍN, 26 Jun. (Reuters/EP) -
Un centenar de trabajadores de una fábrica de Pekín de material sanitario desechable mantiene retenido al presidente de la empresa, el estadounidense Chip Starnes, ante los atrasos de dos meses en los salarios y los rumores sobre el cierre de la planta.
El propio Starnes ha podido comunicarse desde la planta y ha explicado que los trabajadores piden que se les garanticen indemnizaciones como las que han obtenido una treintena de empleados de la división de plásticos recientemente despedidos tras el traslado de esta producción a India, donde el coste es menor.
Ahora el resto de trabajadores de la planta se temen un cierre total de la fábrica, pero Starnes ha asegurado que no va a haber más despidos. "Nunca hemos tenido esa intención. Nunca se les dijo que fueran a perder sus empleos", ha afirmado Starnes en declaraciones a Reuters. El rumor "corrió como la pólvora, es una situación triste", ha señalado, asomado a una de las ventanas de la fábrica.
El empresario ha indicado que en ningún momento ha sido agredido, pero sí ha sufrido intimidaciones, por lo que ha expresado su decepción por el comportamiento de las autoridades chinas. "Creo que decepción es la palabra adecuada", ha indicado.
La fábrica, abierta hace más de una década, se encuentra en el barrio de Huairou, cerca de uno de los tramos aún en pie de la Gran Muralla china. Varios policías de paisano vigilan la planta y las autoridades han reiterado su compromiso con el mantenimiento del orden.
Un sindicalista de Huairou, Chu Lixiang, ha explicado que la empresa lleva dos meses sin pagar a los trabajadores y que se temen que vaya a cerrar sin pagar ni una sola indemnización. "Los trabajadores piden, en primer lugar, que la empresa les pague. En segundo lugar, (los directivos) tienen que cumplir la ley y dar las indemnizaciones justas. Eso es todo", ha argumentado Chu.
