Una mujer al pie de un edificio derrumbado por un bombardeo en Damasco
REUTERS / BASSAM KHABIEH
Actualizado: sábado, 2 septiembre 2017 9:31

MADRID, 2 Sep. (EUROPA PRESS) -

Las violaciones y otras formas de tortura sexual se han convertido en prácticas habituales como arma de guerra en las prisiones de Siria, a pesar de que han escapado a la atención de la comunidad internacional, tal y como ha denunciado la asociación Abogados y Médicos por los Derechos Humanos (LDHR).

La tortura y la violencia a las que las mujeres son sometidas "forman parte de un patrón sistemático y generalizado de detención arbitraria, tortura generalizada y violencia sexual", según recoge la organización en el informe Voces de la Oscuridad, donde denuncia y documenta esta práctica que, afirman, está extendida en las cárceles del país.

El texto recoge los casos de varias mujeres que fueron tratadas por un médico especializado de LDHR. Entre las torturas, las víctimas presentaban signos de haber sido atadas con alambres o cables y de haber recibido fuertes palizas.

El informe recoge episodios como el que vivió Munira, que fue colgada al revés; el de Janan, que recibió al menos cien latigazos en dos horas, y el de otras víctimas que fueron quemadas con cigarros y estaban conectadas con cables con los que eran electrocutadas.

Uno de los casos denunciados por la organización atestigua que una mujer fue violada repetidas veces durante un período de 15 días en el aeropuerto militar de Mezzeh "durante un brutal interrogatorio", mientras la acusaban de ser terrorista y le proferían insultos. El agresor grabó en vídeo el ataque y le amenazaba continuamente con mostrarlo a su entorno.

De camino al interrogatorio, en los pasillos, las víctimas podían ver a otros hombres y mujeres "como esqueletos, con ropas desgarradas", siendo golpeadas en el pasillo, que estaba lleno de sangre. "Nunca olvidaré la manera tan degradante con que los carceleros estaban arrastrando los cadáveres", ha afirmado Munira.

Otra mujer fue torturada y violada en la Oficina del Jefe de la Guardia Republicana en Alepo. Algunas de estas víctimas sólo han sido detenidas "porque sus parientes varones eran sospechosos de ayudar a la oposición", tal y como afirma el informe.

Cuando su reclusión acababa, quienes sobrevivían a las torturas y violaciones han tenido que recibir atención médica por desgarros internos, sangrados y otras secuelas, que las han llegado a mantener ingresadas durante meses.

HACINAMIENTO Y CONDICIONES INSALUBRES

De los 121 casos documentados por LDHR, al menos doce personas de las que sobrevivieron habían sido violadas y 21 fueron víctimas de mutilación genital, quemaduras o electrocuciones.

En al menos 40 casos, las víctimas supervivientes fueron obligadas a presenciar torturas y violaciones a otras personas o estaban amenazadas con que harían eso mismo a alguno de sus familiares.

En la inmensa mayoría de los casos, formas de tortura y violencia sexual como los desnudos forzados eran una práctica habitual, al igual que el hacinamiento en las celdas, donde se podía llegar a encontrar más de una veintena de mujeres en una celda de 2x2 metros, de tal manera que ni siquiera podían sentarse mientras se permanecían allí.

Otra de las víctimas, Amina, sufría fiebre tifoidea cuando salió de la prisión, una enfermedad que se transmite por las heces y la orina, asociada a la falta de salubridad de la prisión en la que se encontraba.

CRÍMENES CONTRA LA HUMANIDAD

Si bien el uso de armas químicas y otras armas de guerra en Siria han atraído la atención mundial, la prevalencia de la violencia sexual ha sido en gran medida ignorada, considera la ONG.

LDHR señala que estos casos de "tortura inhumana" se relacionan "con otros cientos de descripciones documentadas en los mismos centros de detención, ya sean hombres o mujeres", donde los supervivientes no solo padecen importantes secuelas físicas, sino "el daño psicológico y el terror" que se les infunde, incluso de por vida.

Estas y otras prácticas constituyen crímenes contra la Humanidad y la organización alerta de que la violencia sexual y el uso de la violación como método de tortura y terrorismo están muy extendidos en Siria como arma de guerra.

Más noticias

Leer más acerca de: