BAGDAD, 5 Jul. (Reuters/EP) -
Varios suicidas del Estado Islámico atacaron la noche del sábado al domingo el centro de la cuidad iraquí de Baiyi, en el norte del país, considerada estratégica por albergar importantes instalaciones petroleras. La ofensiva ha obligado a retirarse al Ejército y a las milicias paramilitares chiíes.
Fuentes militares y el alcalde de la ciudad han informado de la ofensiva contra esta ciudad, en la que se encuentra la refinería más grande de Irak. La ciudad lleva casi un año en la línea del frente entre los yihadistas del Estado Islámico y el Ejército iraquí. Los insurgentes tomaron la ciudad en junio de 2014, pero la contraofensiva de las fuerzas gubernamentales logró expulsarlos.
Los barrios de la ciudad han ido cambiando de manos a lo largo de los últimos meses y recientemente el Gobierno anunció que controlaba la práctica totalidad de la ciudad.
Los milicianos atacaron en torno a las 20.00 horas (19.00 hora peninsular española) con dos coches bomba conducidos por suicidas. Tras las explosiones tuvieron lugar intensos enfrentamientos hasta la medianoche, cuando el Ejército y los paramilitares chiíes de Hashd Shaabi abandonaron el centro de la ciudad, han explicado dos coroneles iraquíes.
El alcalde de Baiyi, Mahmud al Yaburi, ha explicado que hay un patrón: los combatientes del Estado Islámico se retiran y de inmediato lanzan una contraofensiva. "Sus armas más letales son los ataques suicidas y los francotiradores y por eso estamos contraatacando y retrocediendo continuamente", ha indicado.
Las fuerzas gubernamentales preparan ya la contraofensiva. "Los milicianos del Estado Islámico controlan aún varias posiciones en tres barrios de Baiyi y siguen recibiendo refuerzos", ha explicado uno de los coroneles.
Por otra parte, al menos 18 personas han muerto en la provincia de Anbar, al oeste de Bagdad, tras el impacto de dos cohetes contra una multitud congregada en la capital regional, Ramadi, bajo control del Estado Islámico, ha explicado un testigo presencial.
La gente se había congregado para festejar el fin del ayuno y jugar al juego del muhaibis, en el que los jugadores tienen que identificar al miembro del equipo rival que oculta un anillo. "Oí una explosión y vi fuego en la plaza del Delfín. Corrí hasta el lugar y vi vehículos transportando cuerpos y heridos ensangrentados. Eran inocentes jugando a los anillos. No estaban haciendo bombas", ha relatado un vecino de Ramadi, Haj Thamir Ahmed.
En el noroeste de Bagdad otras tres personas han muerto y once más han resultado heridas en la mañana del domingo por la explosión de una bomba junto a un restaurante en el barrio de mayoría chií de Shulaa, según fuentes policiales y sanitarias. Otras dos personas murieron en el barrio bagdadí de Hussainiya (norte) por la explosión de otra bomba.
Por el momento ningún grupo ha reivindicado la autoría de estos atentados, pero las autoridades responsabilizan al Estado Islámico de los atentados similares del sabado en Bagdad y Balad Roz que mataron a diez personas.
