Ecologistas en Acción afirma que las exigencias del CSN a Garoña "son una muestra de su mal estado"

Central nuclear de Santa María de Garoña
EUROPA PRESS
Actualizado: martes, 7 julio 2015 17:23

LOGROÑO, 31 Jul. (EUROPA PRESS) -

Ecologistas en Acción de La Rioja ha afirmado este jueve que las exigencias del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) sobre la central nuclear de Santa María de Garoña "son una muestra de su mal estado", al tiempo que subraya que la instalación "debe cerrarse y no recibir nuevas, costosas y peligrosas oportunidades".

En un comunicado, la organización señala que "el pleno del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) ha decidido en su última reunión, por mayoría de cuatro votos a uno, darle otra oportunidad a Nuclenor para la central de Garoña".

Para Ecologistas en Acción, "se trata de una decisión insensata, como demuestra la gran cantidad de requisitos exigidos por el CSN que ponen de manifiesto el lamentable estado en que se encuentra la central". Nuclenor tiene hasta el 30 de septiembre y deberá realizar los cambios necesarios si quiere continuar la operación, detalla.

Así, la organización explica que "el pleno del CSN ha emitido una Inspección Técnica Complementaria (ITC) en referencia a la posible continuidad de Garoña (Burgos) que, en sí misma, muestra el despropósito que supone mantener en funcionamiento la central".

Añade que "en una nota de prensa, el CSN reconoce el gran número de modificaciones de profundo calado que deberá acometer Nuclenor para introducir de nuevo el combustible nuclear en la vasija de Garoña y conectarla a la red eléctrica".

Para los ecologistas, "a la vista de todas estas modificaciones, es ilógico empeñarse en mantener Garoña en funcionamiento y lo más sensato sería proceder al cierre definitivo" e indica que "los cambios necesarios van a representar un gasto de unos 150 millones de euros y no garantizan, sin embargo, que no vuelvan a aparecer nuevos problemas en la central que supongan más gastos, aconsejen su cierre, o que den lugar a un accidente con daños al medio ambiente".

En concreto, apunta que "el CSN pide en la ITC que se realicen las reparaciones que se derivan de las inspecciones de 2009, como el cambio de cientos de metros de cableado, el aislamiento de la sala de control la mejora del tratamiento de gases de la contención y el problema endémico del sistema de protección contra incendios; exige la introducción de los cambios derivados de las pruebas de resistencia post-Fuskushima; pregunta por el estado de los procedimientos de operación tras año y medio de parada; demanda la inspección de la vasija por si tuviera los mismos problemas que la de la central belga de Döel 3, lo que conduciría al cierre de la central, de las penetraciones inferiores, de las soldaduras del barrilete".

Por todo ello, para la organización ecologiasta, "la ITC pone de manifiesto un extenso catálogo de problemas que hacen razonable plantearse el cierre definitivo", a lo que suma que "Nuclenor solicitó permiso de explotación por 17 años, hasta el 2031, lo que llegaría a la cifra simbólica de 60 años de vida".

A su juicio, "esto también resulta irregular y el CSN debería haber dejado claro que no va a otorgar un permiso tan largo, cunado hasta la fecha otorgaba permisos de explotación de 10 años y, además, la Comisión Europea está preparando una directiva de seguridad en que obligará a hacer revisiones cada 6 años".

MAS INCERTIDUMBRES.

A las incertidumbres técnicas, Ecologistas en Acción añade "las incertidumbres de tipo político". "Si el proceso de evaluación de Garoña a cargo del CSN no se cierra antes de las próximas elecciones generales, es posible que cambie el Gobierno y que el próximo Ministro de Industria decrete el cierre definitivo de la central, con lo que se habrían perdido todas las inversiones realizadas. De esta forma Nuclenor tendría un elemento de presión económico sobre el nuevo gobierno", dice.

La organización cree que "la central de Garoña es perfectamente innecesaria puesto que nada más que con medidas de ahorro se podría prescindir de su aportación y, en todo caso, hay potencia eléctrica instalada suficiente para sustituirla".

"Tampoco peligrarían los puestos de trabajo porque empezaría ahora un largo proceso de desmantelamiento que garantizaría el empleo en la zona, y todavía se seguirían aportando a los pueblos cercanos los fondos de ENRESA, que deberían emplearse para levantar proyectos alternativos de economía en la comarca", finaliza el comunicado de Ecologistas en Acción.

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