Fernández de Piérola celebra este lunes "diez años de éxito" tras su apuesta por lo desconocido: El tempranillo blanco

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BODEGAS FERNÁNDEZ DE PIÉROLA
Actualizado: domingo, 15 julio 2018 11:20

   LOGROÑO, 15 Jul. (EUROPA PRESS) -

Aparcar la incertidumbre y apostar por lo desconocido. Ésta, sin duda, fue la apuesta de Bodegas Fernández de Piérola hace diez años cuando decidieron estudiar e investigar una nueva variedad de uva blanca mutada de forma natural a partir de la uva tempranillo que, tanto tiempo después, sigue cosechando grandes éxitos: el tempranillo blanco.

   Una experiencia que comenzó cuando la Denominación de Origen Calificada Rioja (DOCa Rioja) incorporó reglamentariamente dicha variedad entre el repertorio a trabajar dentro de la DOCa Rioja. Desde Piérola, "como bodegueros y viticultores decidimos hacer una apuesta muy importante por ella porque, tras conocerla en la fase experimental, nos dio muy buenas sensaciones y sabíamos que podía ayudarnos a crecer y a ofrecer un vino nuevo para complementar las tipologías históricas blancas que teníamos".

   Así lo ha explicado a Europa Press el propietario de la bodega, Carlos Bujanda, quien reconoce, además, que el tempranillo blanco "nos daba también cierta potencialidad para ocupar un espacio que, en parte, lo habíamos perdido en el mundo de los vinos blancos. Con este tipo de vino, teníamos la confianza de que podríamos recuperar parte de ese terreno perdido".

   Una confianza que se ha convertido en realidad porque "aunque se está haciendo de forma lenta, lo cierto es que ese espacio lo estamos recuperando. En el mercado hay una competencia feroz entre las denominaciones y las variedades pero, en el caso de la DOCa Rioja, dentro de los colores de ventas, blancos, rosados y tintos, los blancos llevan creciendo y recuperando más de la media que el resto de vinos".

   Por tanto "la apuesta que se hizo en incorporar variedades más competitivas y más acordes con la demanda del mercado nos ha permitido crecer y, por lo tanto, nos sentimos muy orgullosos".

   Además, esta apuesta, les ha permitido dar a conocer en el mercado que desde Piérola "no solamente somos capaces de elaborar grandes vinos tintos, sino que tenemos potencialidad para trabajar vinos blancos de calidad y apostar por la diferenciación y tipifidad".

   Nuestro objetivo, ha continuado, "es llegar a los mercados con productos singulares, fundamentalmente, de calidad y apoyados en unos vinos que nos hacen únicos y diferentes".

"UNA MUTACIÓN FORTUITA Y MILAGROSA"

   La historia del tempranillo blanco la definen desde la bodega como una "mutación fortuita y milagrosa". Esa podría ser la definición de lo que ocurrió la tarde en la que un agricultor se percató de que dos uvas moradas se habían transformado en blancas. "Algo casual, increíble, la naturaleza estaba ofreciendo una gran y grata sorpresa. Un fenómeno extraordinario".

   A partir de aquí comienzan los estudios. Una nueva variedad acababa de nacer. Fernández de Piérola decidió apostar por esta uva, completamente desconocida hasta ese momento. Y es que si algo les caracteriza es la innovación.

   No lo dudaron un segundo "hicimos una apuesta intensa por algo que desde el principio nos generó interés y entusiasmo. Nos gusta innovar y lo intentamos hacer constantemente. El tiempo nos ha demostrado que íbamos por buen camino".

   "Hoy en día, el tempranillo blanco, el vino que sale de esta uva, es uno de los más representativos de nuestra bodega.", afirma Carlos Bujanda.

DIEZ AÑOS DE ÉXITO

   Para ello, cuando se cumplen diez años de su primera plantación, quieren celebrarlo con los primeros que creyeron en esta nueva variedad: sus clientes. Una forma de agradecer así la confianza que depositaron desde el primer día.

   "Queremos agradecer a todos nuestros clientes que apostaron, también como nosotros, por esta variedad nueva y hacer un acto de reconocimiento a la potencialidad de esta variedad. Así, realizaremos una cata y también daremos a conocer a nuestros interlocutores, como los restaurantes que son los altavoces de nuestros productos, la esencia de este tipo de vino".

   Todo ello en un acto que se celebrará este lunes, 16 de julio, por la tarde en la realidad natural propia de la vida de Rioja Alavesa. Rodeados de viñas y muy próximos al compromiso que tiene la empresa con la sostenibilidad ya que es la única bodega estatal que se autoabastece al cien por cien de energía limpia generada por un molino eólico propio.

   Precisamente, ese molino es otra de las señas de identidad y de orgullo de esta bodega. "Lo incorporamos hace tres años, en el año 2015, y es el primer molino en España en régimen de autoconsumo del sector que nos permite ser una bodega autosuficiente en energía eléctrica".

   El molino tiene una capacidad de generación energética "que duplica las necesidades de la bodega por lo que, además de darnos energía, podemos verter a la red otro tanto".

COMPROMETIDOS CON EL MEDIOAMBIENTE

   "Fue otra de las apuestas grandes de esta bodega que llevamos a cabo por la sensibilidad que desde esta casa tenemos por el medioambiente. El sector vitivinícola está sufriendo el hecho del cambio climático, lo sufrimos con sequías, como el año pasado, heladas tardías o adelantos de vendimia y maduraciones".

   "Incluso el año pasado tuvimos que vendimiar el tempranillo blanco en agosto, algo extraño en la tierra". Esa sensibilidad "era importante para nosotros pero no queríamos que solo se quedase en palabras, por ello dimos un paso al frente y decidimos instalar este molino que es pionero y único en nuestro sector que nos permite ser una bodega convencida y practicante del compromiso con nuestro entorno".

   Con todo ello, naturaleza, sostenibilidad y uvas serán los elementos protagonistas de la cita de mañana en la bodega. Además, se contará con la presencia de Chema San Segundo, uno de los grandes referentes de España en cuanto a innovación se refiere, quien se define como "uva blanca que he mutado en varias ocasiones, ya que soy abogado, escritor, inspirador y ahora innovador".

   Un fenómeno de la naturaleza para celebrar el décimo aniversario de otro fenómeno de la naturaleza: la uva morada convertida en blanca.

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