Actualizado 09/02/2011 21:47

Santos, dispuesto a abrir espacios de diálogo con las bandas criminales


BOGOTÁ, 9 Feb. (EUROPA PRESS) -

El Gobierno de Juan Manuel Santos estaría dispuesto a abrir espacios de diálogos con las bandas criminales --conocidas como bacrim-- que se han convertido en la principal amenaza a la seguridad de Colombia, siempre que esto no se traduzca en beneficios judiciales para los delincuentes, ha asegurado el obispo de Montería, Julio César Vidal.

Santos sostuvo un encuentro el martes por la noche (madrugada del miércoles en España) con Vidal, durante una visita a la Asamblea Nacional de Obispos que se celebra en Bogotá, en el que hablaron sobre estos grupos delictivos que se han atribuido la mayor parte de los atentados ocurridos el año pasado en Colombia.

"El presidente Santos manifestó que el Gobierno está indudablemente dispuesto a abrir espacios a todos los grupos, entre estos, a estas bandas emergentes", ha comentado Vidal en declaraciones a los medios locales.

Para que se puedan iniciar estos acercamientos, las bandas criminales deberán cumplir con el compromiso anunciado por Vidal, quien el pasado lunes aseguró que los delincuentes estaban dispuestos a entregar datos sobre las rutas del narcotráfico y los cultivos de cocaína a cambio de ciertos beneficios.

"Así las cosas se abren posibilidades, siempre y cuando las cabecillas de estas bandas entiendan que no se tratará de mesas de diálogo y que no recibirán prebendas de ningún tipo; sí, serán acogidos, y ya mirará el Gobierno qué les concede a ellos de acuerdo con lo que ellos piden", ha aclarado el obispo de Montería.

El próximo viernes, Vidal podría ofrecer más información sobre estos acercamientos entre el Gobierno de Santos y los grupos armados de Los Paisas, Los Urbeños y Los Rastrojos, los más importantes y poderosos de Colombia.

Por su parte, el presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, Rubén Salazar, ha precisado que no se tratará de negociaciones especiales como las que se llevaron a cabo con los paramilitares de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) hace unos años. "Son acercamientos para que se sometan a la justicia. Todo esto será con una serie de normas clarísimas", ha enfatizado.

El alto consejero para la Seguridad Nacional de Colombia, Sergio Jaramillo, había dicho el martes que el Gobierno de Santos no estaba dispuesto a sentarse a negociar con los líderes de las bacrim porque cualquiera que fuese la solución tenía que darse "dentro de la ley".

Ante esta postura, Salazar ha dejado claro que está de acuerdo con que Santos no quiera dialogar con los grupos delictivos pero ha advertido de que esta postura no impide que la Iglesia sirva de mediadora en un eventual proceso de negociación con los delincuentes.

"Pienso que esto hay que apoyarlo, hay que crear un ambiente propicio para que todas las bandas emergentes encuentren la posibilidad de acercarse al Gobierno y de someterse a la justicia en las mejores condiciones", ha expresado.

El Gobierno de Santos ha reconocido que las bandas criminales se han convertido en la principal "amenaza" a la seguridad de Colombia, por encima de los grupos guerrilleros que protagonizaron por décadas uno de los peores conflictos armados del continente.

Las bacrim han sido consideradas como las sucesoras de las AUC, grupo del que se desmovilizaron unos 32.000 paramilitares de extrema derecha en el marco de un proceso de paz que tuvo lugar entre 2003 y 2006, durante el gobierno de Álvaro Uribe.

Las fuerzas de seguridad atribuyen a estos grupos 14 de las 20 masacres que se registraron en Colombia durante 2010 y aseguran que estos delincuentes mantienen una fuerte actividad 152 municipios.