Publicado 02/10/2013 01:41

Identifican el área del cerebro que se encarga de los "contornos ilusorios"

Cerebro
EUROPA PRESS/DE ALBA INNOVACIÓN

MADRID, 2 Oct. (EUROPA PRESS) -

Un equipo de neurocientíficos liderado por Alexander Maier, profesor asistente de Psicología en la Universidad de Vanderbilt, en Nashville (Estados Unidos), ha identificado el área del cerebro que se encarga de los "contornos ilusorios", informa la edición temprana digital de este lunes de 'Proceedings of the National Academy of Sciences'.

Se trata de varios grupos de neuronas en una región de la corteza visual llamada V4 que se enciende cuando una persona está viendo un patrón que produce estas ilusiones y permanece en reposo durante la visualización de un patrón casi idéntico que no lo hace.

Por ejemplo, el logotipo de los Juegos Olímpicos de 1984 que se celebraron en Los Ángeles, California, Estados Unidos, incluye rojos, blancos y azules, pero la estrella blanca que se ve no está realmente allí, sino que es una ilusión, igual que la "S" en el logo del canal por cable norteamericano USA Network es totalmente ilusoria. Ambos logos toman ventaja de una ilusión perceptiva común en el cerebro: cuando se ve un fondo fragmentado, con frecuencia se visualizan formas y superficies que en realidad no existen.

Los estudios han demostrado que una gran variedad de especies, incluyendo monos, gatos, búhos, peces de colores e incluso las abejas perciben estos contornos ilusorios. Esto ha llevado a los científicos a plantear que son el subproducto de métodos que el cerebro ha evolucionado para detectar depredadores o presas escondido en los arbustos, siendo una capacidad de considerable valor para la supervivencia.

Aunque los científicos descubrieron los contornos ilusorios hace más de un siglo, sólo en los últimos 30 años han comenzado a estudiarlos porque revelan los mecanismos internos que el cerebro utiliza para interpretar la información sensorial.

En los mamíferos, los estímulos visuales se procesan en la parte posterior del cerebro en un área llamada la corteza visual y los esfuerzos por mapear esta zona han encontrado que se compone de cinco regiones diferentes en la parte posterior de cerebro (llamadas desde V1 a V5).

La corteza visual primaria, V1, toma los estímulos procedentes de los ojos y los ordena por una variedad de propiedades básicas, incluida la orientación, el color y la variación espacial. También divide la información en dos vías, los flujos dorsal y ventral.

Desde V1, ambas corrientes se enrutan a la segunda área importante de la corteza visual, V2, que realiza muchas de las mismas funciones que V1, pero añade algo de procesamiento más complejo, como el reconocimiento de las diferencias en las señales procedentes de los dos ojos que producen la visión binocular.

De V2, una vía va a V5 y se asocia con la ubicación del objeto y la detección de movimiento y la otra vía va a V4 y se vincula con la representación de los objetos y el formulario de reconocimiento. "Los estudios han demostrado que V4 está involucrada tanto en el reconocimiento de objetos como la atención visual, por lo que pensamos que también podría estar involucrada en contornos ilusorios", dijo Michele Cox, estudiante graduado de Vanderbilt y primer autor del estudio.

En primer lugar, los investigadores buscaron las neuronas en V4 que se asociaron con diferentes ubicaciones en las retinas de los monos macacos y una vez que se dibujó el mapa completo, se alentó a los monos a mirar fijamente una pantalla que contiene un ejemplo de un contorno ilusorio llamado cuadrado Kanizsa.

Éste se compone de cuatro "comecocos" con sus "bocas" orientadas para formar las esquinas de un cuadrado, de forma que cuando las figuras de los "comecocos" se colocan sobre un fondo blanco, el cerebro crea un cuadrado de color blanco brillante que los conecta.

Mientras los monos miraban el cuadrado Kanizsa, los investigadores descubrieron que las neuronas que detectan el área en el centro de los "comecocos", el área cubierta por el cuadrado ilusorio, se disparan. Sin embargo, cuando los monos vieron los mismos cuatro "comecocos" con la boca mirando hacia afuera, una orientación que no produce ninguna ilusión, estas neuronas permanecieron en silencio.

"Básicamente, el cerebro actúa como un detective -puso como ejemplo Maier--. Está respondiendo a las señales del entorno y realizando sus mejores conjeturas acerca de cómo encajan entre sí. En el caso de estas ilusiones, sin embargo, se trata de una conclusión incorrecta".