El acusado de matar a un anciano con un cuchillo lo hizo porque "unas voces" le dijeron que su abuela estaba en peligro

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EUROPA PRESS
Actualizado: lunes, 25 septiembre 2017 15:06

MADRID, 25 Sep. (EUROPA PRESS) -

El acusado de asesinar a un anciano enfermo de alzheimer con un cuchillo jamonero en una residencia de Meco, David S.A., ha declarado este lunes en el juicio de su causa que lo hizo porque "unas voces" le dijeron que su abuela estaba en peligro.

"Esa mañana me encontraba en casa, desayuné y sentí una voz en mi interior que me decía que mi abuela estaba en peligro", ha relatado el acusado a preguntas del fiscal, a lo que ha añadido que estas voces eran de su abuela, que le decía que la iban a matar.

Fue por esta sensación de peligro por la que David S. A. ha explicado que el 20 de diciembre cogió un cuchillo de grandes dimensiones de su casa, lo escondió entre la ropa y se dirigió a la residencia de ancianos en Meco en la que estaba ingresada su abuela.

Tras llegar a la sala cerrada en la que se encontraban los ancianos con enfermedades mentales del centro, el acusado ha afirmado que las voces le volvieron a hablar y que su abuela le dijo que tenía que matar a ese hombre --en referencia al anciano fallecido -- o ella moriría. "Me puse detrás de él y le dije: Tienes que morir o van a matar a mi abuela y me dijo: Vale, hazlo. Y lo hice", ha relatado.

Después de apuñalar mortalmente al anciano, que afirma que no conocía de nada, David S. A. ha indicado que se marchó del local con el cuchillo escondido en su ropa y le ha costado recordar si lo intentaron retener por la fuerza, aunque ha terminado admitiendo que tuvo que tumbar una puerta para escapar y que entró a su casa saltando una valla y se deshizo del cuchillo porque "sentía que la policía ya se movía por allí".

A preguntas del fiscal sobre por qué no avisó a sus padres o a personal de la residencia de que su abuela estaba en peligro, el acusado ha indicado que no lo hizo porque "se autoconvenció" de que tenía que hacerlo él personalmente y ha admitido que después de asestar las puñaladas mortales al anciano supo que había cometido un homicidio, pero que estaba en un estado en el que daba "otro enfoque" a las cosas porque llevaba varios días sin tomar su medicación.

"Me siento muy arrepentido de haber cometido un error tan grave. Me he llevado la vida de una persona", ha lamentado David S.A, que ha alegado que no se tomaba la medicación después de que le hubieran dado el alta en el psiquiátrico del Hospital Príncipe de Asturias, porque le "inhibía" los sentimientos y sentía fatiga y "no podía llorar".

En este sentido, en respuesta a su abogado, el acusado ha explicado que otra de las razones para no tomarse la medicación era porque creía que sus padres lo estaban drogando con heroína y ha relatado el suceso por el que fue ingresado en el psiquiátrico.

"Unas voces me decían que un estanco era mío y tenía que reclamarlo", ha manifestado, para después detallar cómo se dirigió al local y pidió a los dueños que le entregaran la documentación. Los dueños del local llamaron a la policía y fue detenido. "He tenido muchísimos problemas, la verdad", ha añadido.

Además de las voces en su cabeza, el acusado ha admitido que durante sus episodios psicóticos estaba muy asustado y ha manifestado que también oía voces en la radio y en la televisión y que incluso había veces que "se sentía desnudo" mientras paseaba por centros comerciales.

LA DEFENSA PIDE SU ABSOLUCIÓN

Es por todo lo anterior por lo que el abogado defensor ha pedido la libre absolución por la esquizofrenia que padece el acusado "la enfermedad mental más grave que existe".

Por su parte, el fiscal ha admitido durante su presentación que admite que el acusado padece una enfermedad mental y que durante los hechos tenía las "capacidades mentales afectadas", pero también ha argumentado que su forma de actuar escondiendo el cuchillo, deshaciéndose de él y huyendo posteriormente, apuntan a que sabía lo que estaba haciendo por lo que ha pedido 25 años de internamiento psiquiátrico.

Por su parte, la acusación particular ha afirmado que no existe eximente, por su forma de actuar huyendo del lugar de los hechos y cambiándose posteriormente de ropa por lo que ha pedido 20 años de cárcel y una indemnización de 131.000 euros para la mujer del fallecido.

Durante el juicio también se está dilucidando si la residencia tiene algún tipo de responsabilidad civil 'in vigilando', por no haber supervisado la visita del acusado y haber impedido el asesinato.