El Arzobispado afirma que no dará uso funerario a su parte de la parcela
MADRID, 8 Feb. (EUROPA PRESS) -
La Junta Municipal del Distrito de Carabanchel y el Arzobispado han acordado este miércoles que la parcela anexa a la parroquia de Santa Catalina Labouré se utilizará para llevar a cabo un proyecto de uso público, según han informado a Europa Press fuentes de la Junta Municipal del distrito.
Debido a este acuerdo, el arzobispado renuncia a darle un uso funerario a la parcela y acepta que la Junta Municipal realice una reparcelación del terreno. En este punto, la Junta ha asegurado que trabajará "de manera conjunta" con el Área de Desarrollo Urbano del Ayuntamiento de Madrid para elaborar un proyecto para los vecinos.
Con este acuerdo se pone fin a la polémica que había llevado a los vecinos del barrio de Opañel a manifestarse a las puertas del Arzobispado en diversas ocasiones para reclamar un "uso social" de este terreno y a instar al Arzobispado a no construir una cripta en su parte de la parcela, tal y como había anunciado la parroquia.
Tras este plan de construcción presentado por la Parroquia, los vecinos del barrio respondieron con "más de 6.000 firmas" presentadas al Consistorio con el objetivo de que el terreno se utilizara "para el bien de todos, no para el privilegio de unos pocos".
Por su parte, desde el Arzobispado, han asegurado que existe "buena disposición" y que el retraso en la firma del acuerdo se ha producido por la necesidad de "resolver cuestiones de orden procesal".
Tras el acuerdo, se abrirá un periodo de alegaciones en torno a la reparcelación, ya que a pesar de que en principio no habrá problema tras el acuerdo, es preciso que dicho proceso se abra.
El Ayuntamiento de Madrid explicó a finales del año pasado en una asamblea abierta en el Centro Cultural de Oporto que había un acuerdo verbal con el Arzobispado para "reordenar urbanísticamente la zona" para construir una dotación pública en la parcela municipal y descartar una instalación funeraria.
El proyecto anterior de ampliación de dicha iglesia que regenta el movimiento católico Camino Neocatecumenal, había generado oposición entre los vecinos puesto que consistía en la construcción un jardín, salones parroquiales, una capilla con una cripta con capacidad para 230 nichos y un aparcamiento subterráneo.
Este plan, según los colectivos vecinales y partidos de la oposición, implicaba la ocupación de parte de una parcela pública en la que reclamaban la creación de una zona verde o un polideportivo.
