La Biblioteca Nacional muestra los artefactos visuales que definen la fascinante antipoesía de Nicanor Parra

'Parra. Obras Públicas'
BIBLIOTECA NACIONAL

MADRID, 29 May. (EUROPA PRESS) -

La Biblioteca Nacional acoge una muestra en torno al poeta chileno Nicanor Parra, Premio Cervantes en 2011 y Premio Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda en 2012, con la que pretende acercar al visitante los artefactos visuales realizados por el escritor que definen su fascinante antipoesía.

La exposición, organizada por Fundación Aqualogy, la Biblioteca Nacional de España, la Pontificia Universidad Católica de Chile y Aguas Andinas, reúne una serie de piezas en las que el poeta plasmó su producción literaria e intenta plantear un panorama de la antipoesía en general, en cuyos objetivos está arrancar los versos de los libros, de su institucionalización, llevarla a la calle y reconciliarla con el habla común.

A lo largo de su trayectoria, Parra (San Fabián de Alico, Chile, 1914) ha combinado su faceta de físico y matemático con la creación literaria y plástica, una simbiosis entre dos áreas aparentemente opuestas que han tenido como resultado una peculiar producción literaria alejada de la habitual introspección de los poetas.

Precisamente, el título de esta exposición, que estará abierta al publico desde este jueves hasta el próximo 1 de septiembre, es 'Nicanor Parra expone sus Obras Públicas', en el que se advierte el contenido de sus palabras.

Según ha explicado este miércoles el comisario de esta exposición, Ignacio Echevarría, en declaraciones a Europa Press, Parra no era un poeta que manifestara su mundo interior. Al contrario, recolectaba en su antipoesía el interés colectivo, que el poeta abordó con ironía y humor.

Echeverría incide en su formación como físico y matemático, así como en la importancia que tiene su actividad como profesor, todo ello "muy ligado a la concepción de la antipoesía", relacionada también con la "discontinuidad del discurso moderno: ya no es articulado, sino fraccionado, como si fueran fórmulas matemáticas".

El yerno del poeta, arquitecto y diseñador de la exposición, Hernán Edwards, ha añadido que Parra "desarticula la lírica de largo aliento al igual que los matemáticos se fuerzan en llevar ecuaciones infinitas a una fórmula irreducible". "Es información gigantesca en pocos caracteres", apunta.

Según ha señalado Edwards, el poeta "sigue creando". "Es una mente cada vez más lúcida, no te lo podrías imaginar. Ha llegado a una etapa en la que no quiere publicar, está retirado de la urbanidad --hace 20 años que vive en una aldea de la costa de Chile--, lleva un ritmo de vida muy sano, está todo el día amasando frases e ideas", explica.

SU MADRE, FIGURA ESENCIAL

El recorrido arranca con una figura esencial en la obra del poeta: su madre. Parra era el mayor de ocho hermanos y su padre era profesor de escuela y también alcohólico, por lo que fue ella quien tuvo que llevar adelante la familia. "Les alimentaba a fuerza de coser a destajo y con los retales que le sobraba realizaba colchas", una de las cuales se expone en esta muestra.

De alguna manera esa fue una clara influencia en Parra, cuyo procedimiento de trabajar con materiales reutilizables y componerlos ya se encuentra en su pasado. "Ella siempre encarnó la esencia del alma popular. El habla chilena, el paradigma de la calle al que quiso acercar la poesía", ha señalado Echevarría.

De hecho, en 1952, pocos meses después de su regreso de Oxford, donde fueron escritos los primeros antipoemas, Nicanor Parra, en colaboración con Enrique Lihn, Alejandro Jodorowsky y otros jóvenes que por entonces se aglutinaron en torno a él, concibió la idea de un periódico mural de intención satírica hecho con recortes de diario superpuestos a modo de collage.

Más tarde, a partir de 1972 y con el estallido del antipoema, concibió la idea de pequeños textos de imitación de los eslóganes publicitarios, unas "formulaciones lingüísticas autosuficientes": breves, fulminantes, capaces de llamar la atención con muy pocos recursos.

Finalmente, los textos fueron editados en unas postales, en las que se incluyeron las ilustraciones de Guillermo Tejeda. más de 200 postales que suponen documentos históricos, ya que fueron publicados en el año 1972, en plena efervescencia política en Chile, poco antes del golpe de estado.

Estas postales contenían mensajes de intención política no alineada ideológicamente, más anarquista, lo que le costó el reproche por parte de la izquierda chilena, quien critico su falta de compromiso. Los militares tampoco supieron qué hacer con su obra y algunas de sus piezas fueron quemadas, por lo que Parra fue condenado por ambas vías.