Colocaban las tarjetas en los parabrisas de vehículos cercanos a centros escolares e infantiles, sobre todo en Arganzuela y Usera
MADRID, 26 Feb. (EUROPA PRESS) -
Agentes de la Unidad de Investigación y Coordinación Judicial de Policía Municipal de Madrid han intervenido en un piso donde se ejercía la prostitución un total de 25.000 folletos de anuncios de servicios sexuales, impresos con la fotografía de una mujer desde la cintura hasta los pies y con diferentes textos en los que se ofertaban sexo, masajes y copas.
Según ha informado el Cuerpo Local, los oficiales pusieron en marcha la investigación a fin de esclarecer quiénes eran los responsables de esta propaganda, que se estaba colocando en los parabrisas de los vehículos estacionados próximos a centros escolares e infantiles, sobre todo en Arganzuela y Usera.
El pasado 2 de febrero se detectó a una persona colocando esta publicidad y, tras diversas diligencias, se pudo ubicar la localización del piso objeto de los servicios ofertados. Allí, además de los 25.000 folletos, se identificaron a varias mujeres, entre las que se encontraba la responsable de la actividad, quien fue denunciada en base a la Ordenanza Reguladora de Publicidad Exterior, ya que también era la encargada de la compra y gestión de reparto de la publicidad.
Las diligencias efectuadas han sido remitidas a la Fiscalía Provincial de Madrid, por si los hechos pudieran constituir algún ilícito penal relacionado con la difusión, revelación o cesión a terceros de imágenes que menoscaben gravemente la intimidad de las personas sin su autorización.
Además, sobre ese piso existe un procedimiento judicial abierto en un Juzgado de Madrid, ya que sospechan están prestando servicios de carácter sexual sin la autorización de la comunidad de propietarios, con las consiguientes molestias generadas.
Precisamente hace unas dos semanas, plataformas vecinas unidas en torno a la campaña 'No Acepto' hicieron entrega a la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, de 35.000 firmas contra los flyers de prostitución que se distribuyen en los parabrisas de los coches, unos anuncios a los que el Ayuntamiento también trata de poner freno.
