Mari Mar Blanco defiende la "firmeza" del Gobierno de Aznar hace 17 años, "cuando no se cedió ante los asesinos"

Apoya una política antiterrorista que defiende la existencia de vencedores y vencidos

MADRID, 11 Jul. (EUROPA PRESS) -

La presidenta de la Fundación Víctimas del Terrorismo, María del Mar Blanco, ha defendido este viernes la "claridad y firmeza" que tuvo el Gobierno de José María Aznar hace 17 años, cuando "no se cedió ante los asesinos" que secuestraron y acabaron con la vida de su hermano, el concejal Miguel Ángel Blanco.

Ese Ejecutivo "tuvo claro que no se podía ceder, que no se podía negociar con asesinos, que la dignidad de una nación es inquebrantable". Así lo ha defendido ante la alcaldesa de la capital, Ana Botella, en el descubrimiento de un busto con la imagen del edil en unos jardines que llevarán su nombre, Miguel Ángel Blanco, en el distrito de Chamartín, especialmente castigado por el terrorismo.

De este modo, Mari Mar Blanco ha exigido el cumplimiento íntegro de las penas de los etarras, frente a lo que postulan algunos jueces, que hablan de "humanizar la condena". Ha estado respaldada por víctimas del terrorismo como Ana María Vidal-Abarca y Cristina Cuesta, por la delegada del Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes, el popular Jaime Mayor Oreja y el excalde de Madrid José María Álvarez del Manzano, entre otros.

La presidenta de la Fundación Víctimas del Terrorismo ha resumido su sentir tras 17 años desde el asesinato de su hermano con un rotundo "gracias". "Gracias por aquellas movilizaciones para intentar salvar la vida de mi hermano, gracias por acompañarnos en las horas posteriores de tener que enterrarle, gracias por estar con las víctimas del terrorismo año tras año, gracias por mantener la llama de la memoria de todas y cada una de las víctimas del terrorismo 17 años después", ha manifestado.

Un viernes de hace 17 años la familia Blanco vivía llena de "zozobra y angustia" el "ultimátum chantajista" de la banda terrorista aunque con la esperanza de poder salvar la vida de "un joven comprometido con los principios constitucionales en una tierra asediada por los enemigos de la libertad".

"PIEDAD Y UN MÍNIMO DE CORDURA"

Entonces confiaban en que los terroristas tuvieran "piedad y un mínimo de cordura" ante la "movilización de más de seis millones de españoles". "Lo pensábamos ingenuamente", ha lamentado después de apostillar que la sociedad se mantuvo unida ante un "asesinato injusto e injustificable" y contra "los fanáticos de la identidad, contra los cómplices necesarios de tanta barbarie".

De ese terrible asesinato nació el 'espíritu de Ermua', que "asentó las bases de la mejor política antiterrorista, que defiende que tiene que haber vencedores (las víctimas y el Estado de Derecho) y vencidos (los terroristas, sus cómplices y su ideología totalitaria)".

"Esa política antiterrorista puso en su sitio a las marcas políticas del terrorismo y les exigió explicaciones. Es la que les aisló con absoluta claridad y les definió como lo que son, cómplices del proyecto político por el que se ha matado, herido, extorsionado, perseguido y amenazado a decenas de miles de ciudadanos españoles", ha remarcado Mari Mar Blanco.

IMPOSIBILITA CUALQUIER NEGOCIACIÓN

"La memoria de Miguel Ángel Blanco imposibilita cualquier cesión, negociación o acuerdo para dialogar con los que ponen la pistola encima de la mesa y trafican con el dolor de las víctimas", ha reiterado su hermana.

Sí ha reconocido que "policialmente" la banda ha sido vencida pero queda "mucho por hacer", como "esclarecer cientos de crímenes sin resolver y responder a la exigencia de justicia a las víctimas", de las que ha asegurado que siempre se han mantenido alejadas "de cualquier conducta de venganza o de revancha".

"Las víctimas queremos justicia real y verdadera y que los terroristas cumplan íntegramente la condena impuesta por un juez conforme a los preceptos de un Estado de Derecho y no conforme a unas nuevas reglas de juego que ahora algunos jueces pretenden establecer en lo que han denominado humanizar las condenas", ha declarado Blanco, lo que le ha llevado a alabar una "democracia generosa que ahora les permite participar en política e incluso gobernar, aunque sigan sin condenar el terrorismo y sin pedir perdón".

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