Medio centenar de bares clandestinos abre cada fin de semana en la región, la mayoría en casas 'okupas'

MADRID, 29 Nov. (EUROPA PRESS) -

Medio centenar de bares clandestinos abren con cierta regularidad cada fin de semana en la región, la mayoría ubicados en casas 'okupas' pero también en viviendas y chalés particulares, que reciben decenas de visitantes.

No todas las casas 'okupadas' cuentan con un dispendio de bebidas, pero las más importantes han incorporado una barra con varias botellas en una habitación especialmente acondicionada para el ocio, con música, mesas y sillones. Aunque su objetivo no es lucro, sino conseguir financiación para sus proyectos autogestionados, su actividad es ilegal y contraviene todas las normativas.

El bar clandestino más importante se encuentra en la casa 'okupa' por antonomasia de Madrid, el Patio Maravillas, pendiente de una "inminente" orden de desalojo, según denuncian sus residentes. Hasta entonces, en el tercer piso con vistas a un patio interior, siguen ofreciendo litros de cerveza, calimocho y sangría a cinco euros, pero también bebidas alcohólicas de marca.

Dos o tres personas atienden en la barra a la clientela y se dirigen cada poco a una sala con una nevera de cocina donde recogen los hielos. Advierten a los clientes que devuelvan los vasos de plástico cuando se les agotan. Otros muchos llegan al Patio con su propia bebida y comida, sin que les pongan reparos. "El ambiente es de gente fumando porros sentados en los viejos sillones y escuchando música tipo Manu Chao, Chambao y los Delinqüentes. Incluso hay un relaciones públicas", explicó a Europa Press Nadia, una de los fieles.

Hay otras casas okupas que utilizan sus instalaciones para organizar conciertos, cobrando una simbólica entrada en algunos casos en las puertas, y con una barra de bebidas en su interior. Por ejemplo, en la casa La Fábrica (en Villalba), La Kondenada (Tetuán) o El Dragón (en el cementerio de la Almudena), celebran fiestas y conciertos cada dos semanas, aproximadamente.

Precisamente el trasiego de gente que acceden a estos antros clandestinos los fines de semana por la noche genera problemas de ruido, botellón y peleas que molestan a los vecinos, como en el caso del Patio Maravillas, a pesar de que han fijado un horario de cierre alrededor de la 1 de la madrugada para evitar estas molestias.

AFTER ILEGALES EN PISOS DEL CENTRO

Aparte de los locales 'okupas', en el que abundan un determinado tipo de colectivo, hay otros bares clandestino con público más selecto pero también más restringido. Se trata de pisos, generalmente situados en zonas de marcha y ocio de la capital, que son remodelados para actuar de pubs clandestinos.

Igualmente, su actividad es ilegal en el momento en el que cobrar por la entrada a una particular sala de fiestas o por las combinaciones de alcohol que hay se venden. La mayoría actúan como afters ilegales, aunque abran toda la noche, ante la aglomeración de usuarios en los bares tradicionales de la zona y su limitado horario.

El local más conocido de la capital se encuentra en la manzana que separa la plaza de Santa Ana y la Puerta del Sol. Se trata de un piso particular, ubicada en una segunda planta. Su dueño lo utiliza exclusivamente para sala de fiestas. Tanto el piso de arriba como el abajo no están habitados por inquilinos, uno de los factores del éxito de este espacio, ya que minimiza las quejas de los vecinos.

El acceso al local es muy restringido, ya que sólo pueden acceder todas aquellas personas que conozcan a uno de los contactos del piso. El local, condicionado para actuar como bar, con dependencias y reservados con sofás, colchones y muebles recilados en donde antes habían camas. El lugar tiene poca luz, con colores rojos y oscuros.

En la cocina es donde está instalada la barra, donde sirven copas a un precio similar a la de un pub normal, sobre 8 y 10 euros cada una y 5 la cerveza. "El ambiente de allí es gente cultureta, incluso se pasa algún famoso cantante. También abundan publicistas, arquitectos e ingenieros", señaló a Europa Press Lidia, una de las clientes.

La instalación musical está muy elaborada y el DJ pincha electrónica, power pop y música de vanguardia. "Lo que más me sorprende del lugar es el servicio, que es unisex, y donde se conoce mucha gente y mucha droga", apostilló.

SANTO Y SEÑA

En Lavapiés, Latina y Chueca también se localizan algunos de estos bares clandestinos. El procedimiento de acceso es, en algunos casos diferente. Un simple 'Santo y Seña' aborda al usuario en la puerta o simplemente unos golpes en la misma es suficiente para entrar. El portero de turno vigila al visitante y decide si accede o no, previo pago de unos euros.

Su público se nutre mayoritariamente de estudiantes y de jóvenes Erasmus, que conocen estos bares a través del boca boca. Generalmente el precio de la consumición es inferior al de un bar tradicional, pero la mayoría llega por otros motivos. "Aquí ponen la música que me gusta y no puedes encontrar en ningún sitio. Además, puede fumar con libertad y me da morbillo que sea ilegal", contó Nacho, uno de los habituales a uno de estos locales de música jazz y ambientado en la estética de Nueva Orleans ubicado en un piso del centro de la capital.

Otro modalidad de eventos clandestinos son las fiestas masivas en chalés a las afueras de la capital. En realidad se trata de una fiesta organizado en casas situadas en zonas apartadas de núcleo urbano, amplias y lujosas. Sus usuarios son personas adineradas que pagan por acceder a uno de estos eventos, donde se consume 'barra libre' de bebidas alcohólicas sin ningún tipo de control ni regulación.

Por ejemplo, en Santos de la Humosa o en la madrileña urbanización de Mirasierra se reúnen cada mes decenas de jóvenes para asistir a una fiesta en un chalet, con música y cóctel a un precio que supera los 40 euros. Las actuaciones eróticas, las apuestas y el juego son otros 'servicios' de estos establecimientos de ocio clandestino.