El preso que encabeza las protestas de Valdemoro dice que recibió amenazas de muerte de quien le acusa de extorsión

Juicio con el preso que encabeza las protestas de Valdemoro
Europa Press
Actualizado: martes, 23 octubre 2012 14:05

El procesado asegura que le reclamó un dinero que le debía 'Casper', su exsocio, por quedarse con unos coches cuando entró en prisión


MADRID, 23 Oct. (EUROPA PRESS) -

Roberto Ignacio R., condenado en 2002 por disparar al abogado Emilio Rodríguez Menéndez, ha asegurado en el juicio que el testigo que le acusa de extorsión para no declarar en un proceso de la Audiencia Nacional contra Casper, el líder de una banda organizada que fue su socio, le amenazó con matar a su padre después de que le reclamara una deuda.

Según ha explicado, el dinero que le debía correspondía a unos coches que Casper le había dado de unos negocios que tenían, aprovechando que en 1999 fue encarcelado por el intento de asesinato del citado letrado en junio de ese año.

Se da la circunstancia de que Ignacio R. encabeza la protesta de los 40 presos de este centro penitenciario que amenazan con iniciar el próximo 25 de octubre una huelga de hambre si no se les aplica la 'doctrina Bolinaga'.

Ignacio R. se ha sentado en el banquillo de los acusados junto con Roberto G.C. por extorsión y obstrucción a la Justicia, por lo que ambos afrontan seis años de prisión. Según el fiscal, los procesados acudieron el 19 de julio de 2011 a un concesionario para reclamar a Luis R. el cobro de un dinero que Casper le había quitado a los llamados 'Miami', el nombre de una banda organizada ya desmantelada.

El acusado ha contado que antes de ingresar en prisión en 1999 era socio de Casper, con quien tenía un negocio de coches. En el centro penitenciario, Ignacio R. conoce que esos coches han desaparecido y al salir en 2008 trata de averiguar dónde han ido a parar, descubriendo que Luis R. tenía algunos en el concesionario de su propiedad. De este modo, decidió ir sólo al concesionario el 15 de julio de 2011, si bien no logró verlo al no estar en su trabajo.

El 19 de julio volvió a este lugar, acompañado por el otro acusado por si tenía problemas. Al no estar Luis, emplazó a uno de sus empleados a que le llamara porque tenía que cobrar un dinero de una deuda. "Este señor -en alusión al otro procesado-- me acompañó porque me sentía más seguro", ha dicho Ignacio R. , quien ha relatado que entonces se llevó un Mercedes negro con autorización de Luis R.

AMENAZAS DE MUERTE

Tras ello, ha relatado que el 28 de julio concertó una cita con la misma persona en la cafetería Rio Frío, situada en la calle Génova de la capital. Una vez en el local, según su versión, Luis le advirtió de que su abogado estaba en la barra y que sus escoltas se encontraban fuera.

"Me enseñaron un arma y me amenazaron con matar a mi padre. Me dijeron que si decía algo, mataban a mi padre. Y si le comprometía en algo, mataban a su padre. Fueron muy claros", ha recalcado y ha negado que secuestraran a Luis, a quien supuestamente llevaron a la fuerza a su concesionario.

Uno de los Policías que instruyó las diligencias ha relatado que el abogado de Luis R. avisó ese día a la Unidad del Crimen Organizado, la Udyco, de que su cliente había sido secuestrado después de un encuentro en la citada cafetería. "No ve armas ni violencia, sino que se lo llevaron en circunstancias extrañas", ha señalado el agente.

RELATO DE LOS HECHOS

Según el fiscal, los procesados creían, o creían saber, que el tal Casper le había entregado ese dinero a L.R.O. También pretendían impedir que L.R.O. fuera a declarar como testigo a la Audiencia Nacional.

Al no encontrar al propietario, obligaron a un empleado de la empresa a ponerse en contacto con su jefe y por teléfono le exigieron la devolución del dinero bajo, según el fiscal, "la amenaza de incriminarle en el procedimiento en el que acudía como testigo a la Audiencia Nacional o de matarle".

"No vas a llegar a declarar a la Audiencia Nacional - le dijeron-, vas a acabar con ocho plomos como tu amigo Miki en Ibiza". Acto seguido se llevaron del establecimiento un Mercedes que estaba en el escaparate y que el dueño les facilitó al temer por la vida de sus empleados.

En los días que siguieron, José Ignacio R.F. volvió a llamar por teléfono "al dueño del establecimiento que, acosado por las amenazas contra su vida y su negocio, y la vida de sus empleados, accedió a mantener un encuentro en la cafetería Riofrío, donde los procesados le exigieron la entrega de tres coches por valor de 225.000 euros".

"NO ME VACILES O TE DEJO FRITO"

Cuando se negó a aceptar la petición, José Ignacio R.F. le dijo "no me vaciles o te dejo frito", mientras hacía el gesto de sacarse una pistola del pantalón. El otro acusado aprovechó para coger del cuello al hombre y recomendarle que con la mayor tranquilidad salieran de la cafetería y se dirigieran al establecimiento de su propiedad.

Así lo hicieron, la víctima y uno de los acusados en un taxi, y el otro acusado vigilándoles desde una moto. Cuando llegaron al concesionario de coches les esperaba la Policía, que había seguido desde la distancia el encuentro en Riofrío, y después de un nuevo encontronazo con más amenazas, fueron apresados.

Al día siguiente de la detención, la víctima de la extorsión declaró como testigo en la Audiencia Nacional. El Mercedes fue recuperado. Los dos acusados están en prisión provisional.