Mar Menor
ISABEL RUBIO PEREZ/PLATAFORMA PACTO POR EL MAR MEN
Actualizado: jueves, 19 enero 2017 13:14

MURCIA, 19 Ene. (EUROPA PRESS) -

Ecologistas en Acción ha informado de la "preocupante" situación ecológica del Mar Menor a los responsables del cumplimiento de las dos figuras de protección internacional de humedales, las comisiones Ramsar y Zepim, con el fin de que se interesen por el estado de la laguna y exijan soluciones al país.

La Convención Ramsar es un tratado intergubernamental para la protección de los Humedales de Importancia Internacional, cuya depositaria es la Unesco, y que España ratificó en 1982. La laguna salada del Mar Menor fue incluida en el tratado en el año 1994, con el número 706.

Esta inclusión fue la primera figura de protección que abarcó toda la laguna litoral y sus espacios terrestres de mayor valor natural. Posteriormente, llegarían las figuras de ZEPA, LIC y Zepim.

Además de instar que se informe y pida explicaciones al Estado español, la organización ecologista ha pedido que estudie su inclusión en el Registro de Montreux: registro de los humedales Ramsar en los que "se están produciendo, se han producido o pueden producirse cambios en las características ecológicas como consecuencia del desarrollo tecnológico, la contaminación u otra intervención del ser humano". En este registro están ya incluidos otros humedales como el de Doñana y el de las Tablas de Daimiel.

Ecologistas también se ha dirigido al Protocolo sobre las Zonas Especialmente Protegidas y la Diversidad Biológica del Mediterráneo, en el marco del Convenio de Barcelona, que establece la lista de Zonas Especialmente Protegidas de Importancia para el Mediterráneo (Zepim).
Este protocolo internacional fue ratificado por España en 1998, e incluyó el Mar Menor y Zona Oriental Mediterránea de la Costa de la Región de Murcia en 2001.

Para la organización ecologista, "no es de recibo que más de tres lustros después de obtener figuras de reconocimiento internacional que deberían haber servido para protegerlo y conservarlo frente a las agresiones de la actividad humana, el Mar Menor se encuentre en el lamentable y preocupante estado actual, sin que las administraciones responsables hayan sido capaces de articular y ejecutar un plan de gestión que regule la actividad humana en la laguna y su entorno, para minimizar los impactos y conseguir así una protección efectiva de este entorno natural único".

Por ello, ha aprovechado para reiterar la exigencia a las autoridades competentes para que "adopten medidas eficaces y en origen, consensuadas con la comunidad científica". "De no ser así, advierte, además de dilapidar enormes sumas de los presupuestos públicos, condenarán a muerte a una de las mayores y más singulares joyas naturales".

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