El acusado del crimen de Clara Rangel dice que no recuerda haberla acuchillado porque estaba "muy borracho y drogado"

Actualizado: martes, 15 mayo 2012 19:43

"Me pasó algo que no fue de Dios y la cabeza me jugó una mala pasada", dice el procesado y compañero sentimental de la víctima


SAN SEBASTIÁN, 15 May. (EUROPA PRESS) -

El ciudadano venezolano K.L., acusado de matar a su compañera sentimental, Clara Rangel, en Errenteria en 2008, ha reconocido que tomó un cuchillo de la cocina con el que se cometió el crimen, pero no recuerda haberla acuchillado ni lo sucedido después, porque estaba "muy borracho y muy drogado" al haber consumido siete gramos de cocaína la noche anterior y grandes cantidades de alcohol. "Me pasó algo que no fue de Dios y la cabeza me jugó una mala pasada", ha manifestado.

K.L. ha prestado este martes declaración en la sesión del juicio con jurado que se celebra esta semana en la Audiencia de Gipuzkoa. Las acusaciones piden 35 años de prisión para este hombre, al que se acusa también de acuchillar a su hermano y a su hijastro.

El procesado ha relatado que inició su relación sentimental con Clara Rangel en Venezuela y que en 2006 ambos decidieron residir juntos en España junto al hijo de Rangel de otra relación. Ambos tuvieron dos hijos en común, de dos y seis meses, respectivamente, cuando sucedieron los hechos.

El acusado ha asegurado que su relación con la fallecida fue "al principio muy normal, con muchos sueños y metas" pero que se fue "deteriorando con la convivencia", sobre todo en los últimos tres meses antes de su muerte. No obstante, ha remarcado que, pese a que tenían discusiones y que él "sentía celos", nunca la maltrató. "Ella era mi vida, mi amor", ha asegurado.

En esa línea, ha reconocido que en el periodo más tenso de su relación llegó a controlarle el teléfono "para ver su reacción y ella se ponía muy nerviosa". Entre sus discusiones, en una de ellas él terminó herido en una mano por un cuchillo.

Además, el día 25 de diciembre tuvieron un altercado por el que K.L. rompió dos móviles y una cámara fotográfica, debido a que encontró, según ha explicado, fotos "protegidas por una clave" tras un viaje que Clara Rangel había hecho recientemente a Venezuela para someterse a una operación de cirugía estética.

En cuanto a la relación con su hijastro, el acusado ha explicado que era "muy buena" y que él actuaba como "un padre" para el joven. Asimismo, ha asegurado que la relación con su hermano, que convivía con ellos, también "era buena y correcta".

K.L. ha afirmado que consumía cocaína desde 2003, a raíz de la muerte de su madre, y que tras varios años de realizar un consumo sólo ocasional en los últimos meses (de 2008) se "descontroló" y consumía todos los días cuatro o cinco gramos, además de alcohol. Ha explicado que para obtener la cocaína recurría a sus amistades que, en muchas ocasiones, se la daban y no pagaba por ello.

En cuanto a la jornada en que sucedieron los hechos, ha relatado que salió con su hermano "sobre las siete de la tarde" a tomar unas copas y que ese día consumió "siete gramos de cocaína" que mezcló con "unas 15 cervezas y varios cubatas". No recuerda a qué hora volvió a su domicilio pero sí que discutió con su pareja, quien le dijo "barbaridades". "Me dijo que era basura, un gusano, que no servía y que yo no iba a disfrutar más de su cuerpo", ha aseverado.

El acusado ha afirmado que se encontraba "muy borracho y muy drogado" y que se sintió "despreciado, muy mal". La discusión se produjo en el dormitorio de la pareja, en la que se encontraban los dos niños pequeños durmiendo. Posteriormente, K.L. ha detallado que fue a la habitación de su hermano donde se tomó "una botella de vino" y, tras una segunda discusión con Clara Rangel, bebió "champán" en la cocina.

En ese lugar tomó el cuchillo, -que ha reconocido en la sala del juicio afirmando en un susurro "los hechos hablan por sí solos"-, y se fue donde su compañera sentimental "como si la fuera a asustar". A partir de ahí, ha dicho que recuerda que ella le insultaba y que empezaron a discutir y forcejear "pero nada más".

"Me pasó algo que no fue de Dios y no sé explicarlo. La cabeza me jugó una mala pasada. Estoy pagando doble condena, una impuesta por la sociedad y otra por mí mismo", ha insistido, para añadir que su siguiente recuerdo es despertando en el hospital donde se enteró por la juez que había matado a Clara. Además, ha asegurado que no sabía que ella estaba embarazada.

HERMANO

En la sesión también ha declarado el hermano del acusado, quien ha explicado que vino a España a convivir con ellos para ayudar a K.L., ya que conocía que consumía drogas. De hecho, ha asegurado que en un momento propuso a su cuñada que internasen al acusado en un centro de rehabilitación.

En esa línea, ha explicado que la pareja "discutía mucho por problemas de celos" y que incluso su hermano le llegó a preguntar si "había tenido algo con Clara". Además, ha indicado que desde el 25 de diciembre, fecha en la que se produjo un altercado provocado por el exceso de drogas consumido por su hermano que terminó en el hospital, hasta el día del crimen, el acusado estuvo "muy alterado" y que ese 28 de diciembre había consumido cocaína y alcohol.

El hermano ha detallado que el día del crimen oyó un grito y acudió al cuarto de la pareja, donde se abalanzó sobre él para evitar la agresión a su sobrino, tras lo que intentó socorrer a la víctima y poner a salvo a los pequeños que se encontraban en la habitación.

Ha asegurado que las agresiones que sufrieron él mismo y el hijo de la fallecida se debieron al forcejeo de ambos para tratar que quitarle el cuchillo, algo que no pudo lograr, y ha dicho que si K.L. los hubiera querido matar, lo habría hecho. Además, ha manifestado que su hermano tenía el rostro "transformado" y que "hablaba con su imagen en el espejo", al tiempo que ha relatado que hasta que llegó la Ertzaintza le pidió que "lo matara".

HIJO DE LA VICTIMA

Finalmente, en la sesión también ha prestado testimonio el hijo de la fallecida, quien ha manifestado que su relación con K.L. era "buena", pero que la relación entre su madre y él "empezó a tener complicaciones", aunque nunca presenció violencia física entre ambos. Ha asegurado que su padrastro en los últimos meses había tenido comportamientos de "loco" porque "veía personas que no existían y acciones que no eran verdad".

En cuanto al día del crimen, ha relatado que estaba en la cama cuando oyó los gritos de su madre y acudió a su dormitorio, donde se abalanzó sobre su padrastro, quien terminó hiriéndole en el torax, el brazo y la cabeza. En ese sentido, ha asegurado que si su tío no llega a intervenir podría haber muerto.

El joven, que en la actualidad tiene 19 años y ha tenido que recibir tratamiento psicológico, ha explicado que el rostro del acusado en el momento del crimen "no era normal" y que tenía "ojos de loco", aunque ha manifestado no saber si recibió las puñaladas por que K.L quería matarle también a él o fue sólo como defensa.