Un cabo del Ejército que sufrió un infarto tras unas pruebas físicas cumple hoy dos años hospitalizado en coma

Actualizado: jueves, 10 septiembre 2009 9:23

MADRID, 10 Sep. (EUROPA PRESS) -

El cabo del Regimiento Inmemorial del Rey del Ejército de Tierra D.G.M., que se estrelló con su vehículo al sufrir un infarto al corazón después de retirarse de unas pruebas físicas, cumplirá hoy, 10 de septiembre, dos años hospitalizado en estado de coma vegetativo.

El militar padeció un desvanecimiento por un infarto agudo de miocardio cuando conducía de regreso a su domicilio, inmediatamente después de que los médicos le aconsejaran abandonar unas pruebas físicas y regresar a casa.

La familia denunció en octubre de 2007 al servicio médico del Complejo Militar de la Dehesa del Príncipe (Madrid) ante el Juzgado Togado Militar Central de Madrid por considerar que los sanitarios del Ejército cometieron una negligencia al no detectar los signos del infarto y enviar al militar a su domicilio sin asistencia sanitaria.

La madre del militar explicó a Europa Press que la familia espera que "se haga justicia" y se resuelva la denuncia interpuesta ante el tribunal castrense, al tiempo que lamenta la "desatención" por parte del Ejército de Tierra y del Ministerio de Defensa, que certificó en julio de 2008 la insuficiencia de condiciones psicofísicas de su hijo.

"En ningún momento la señora ministra de Defensa se ha puesto en contacto con nosotros para preguntarnos si nos hace falta algo o qué es lo que pasó aquel día. Y yo me pregunto: ¿qué hubiera pasado si se hubiera tratado de su propio hijo?", planteó.

Consideró además que "no tiene sentido" que el Ministerio de Defensa haya certificado que la insuficiencia de condiciones psicofísicas se produjo como consecuencia de "un acto de servicio" y que, dos años después del accidente de su hijo, el Juzgado Togado Militar Central no haya adoptado una resolución sobre la actuación del servicio médico militar.

Según consta en la denuncia presentada ante el Juzgado Togado Militar Central por la familia contra el servicio médico del Regimiento Inmemorial del Rey y admitida a trámite, el cabo comenzó a encontrarse "fatigado", "con aspecto pálido", "dolor en el pecho" y con "las pulsaciones elevadas" por el esfuerzo realizado durante unas pruebas deportivas en el citado centro militar.

El escrito recuerda que el cabo ya había sido con anterioridad declarado no apto para realizar esas mismas pruebas, concretamente en el mes de junio, y asegura que el personal que supervisaba los ejercicios "conocía los antecedentes médicos". En aquella ocasión, siempre según la denuncia, el militar obtuvo una puntuación en el reconocimiento médico que "indicaba una dificultad de recuperación a nivel cardíaco".

La familia relata que "a pesar del aparente deterioro físico" que presentaba el cabo, con signos como la cara pálida, los labios amoratados, el cuerpo encorvado, la mano en el pecho y la "continua" advertencia verbal del dolor que sufría en el pecho, y "aún teniendo servicios médicos en el establecimiento", al militar se le ordenó que "se fuera a su casa a descansar, sin realizarle la más mínima observación o reconocimiento médico alguno, con evidente riesgo para su salud".

Fue entonces cuando el cabo cogió su vehículo y sufrió una parada cardiorrespiratoria que provocó "su desvanecimiento y posterior pérdida de control del vehículo", que colisionó con otro turismo. Facultativos sanitarios del SAMUR le reanimaron tras el siniestro y le trasladaron hasta el Hospital Gómez Ulla, en el que quedó ingresado "con diagnóstico de infarto agudo de miocardio complicado". El militar permanece en la actualidad hospitalizado en un centro médico próximo a la residencia de su familia en la Comunidad Valenciana.