El coronel jefe de la UCO, Manuel Sánchez Corbí
EUROPA PRESS
Actualizado: domingo, 22 octubre 2017 10:55

El jefe de la UCO reflexiona a propósito del libro 'Sangre, sudor y paz' sobre la prevalencia de la ley, "desde donde se puede defender lo que quieras"

MADRID, 22 Oct. (EUROPA PRESS) -

El coronel jefe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, Manuel Sánchez Corbí, se congratula por haber dejado hace tiempo de prestar atención a lo que diga ETA, ni siquiera cuando se cumple, el 20 de octubre, seis años de su cese definitivo de la violencia. "Se acabó con el terrorismo de ETA, pero debe preocuparnos que algunos puedan recurrir a la violencia callejera y que resurja en otros lugares como Cataluña", explica en una entrevista con Europa Press.

La entrevista se lleva a cabo días después de presentar oficialmente 'Sangre, sudor y paz' (Editorial Península). En el libro narra junto a Lorenzo Silva y Gonzalo Araluce la historia de cómo la Guardia Civil acabó con ETA, una organización terrorista que, según él, "no sería justo rebajar a una banda de delincuentes comunes". "Eran técnicamente muy buenos, nos engañaron muchas veces y nos golpearon también mucho", reconoce.

Este libro (ya en su segunda edición) es una suerte de resumen de una obra magna, un doble volumen titulado 'Historia de un desafío'. Hijo y nieto de guardia civil, la de Manuel Sánchez Corbí es la historia de un compromiso desde que ingresó en los 80 en el Servicio de Información de Vizcaya. "Aquello era como el fuerte del 'far west', vivías en un cuartel que automáticamente se convertía en el objetivo de los terroristas porque eras de las pocas instituciones del Estado en un territorio hostil", explica.

Su visión, por tanto, es de alguien autorizado por su desempeño profesional para hablar sobre la violencia. "El terrorismo de ETA se acabó, ya no existe, no es nada; ahora bien", dice con pesar cuando se le pregunta por la actualidad, "alguien puede recurrir a la violencia a pesar de que la experiencia dice que esto nunca ha sido útil, ni con ETA, ni con el GRAPO ni con el FRAP, nadie ha sacado rédito alguno".

La reflexión lleva a la situación que se vive en Cataluña con el desafío independentista. El coronel jefe de la UCO se cuida mucho de trazar paralelismos entre lo que vivió frente a ETA y la situación de tensión política que marca la actualidad debido al plan secesionista de la Generalitat y de organizaciones sociales. Su pronóstico: "No podemos excluir que alguien piense que igual con la violencia consigue algo más".

"Es algo de lo que preocuparse. Que hoy en día en Cataluña alguien empiece a hacer 'kale borroka' no está muy lejos porque aquí siempre ha habido violencia antisistema. Que eso ahora lo focalicen hacia la independencia puede ocurrir, hay mucho caldo de cultivo previo". El coronel insiste en que la clave es que el Estado no renuncie a un principio básico, aplicado antes para el entorno de ETA: "Dentro de la ley, democráticamente se puede defender lo que quieras".

CUATRO AÑOS RECOPILANDO TESTIMONIOS

En la conversación cita a personajes que recorren las páginas de 'Sangre, sudor y paz' como Jon Idigoras, Iñigo Iruin o Arnaldo Otegi. También aquellos etarras, como Joseba Urrusolo Sistiaga, "a los que se pudo mitificar sin querer cuando no quedaba más remedio que imprimir carteles con su cara pidiendo colaboración ciudadana". Sánchez Corbí recuerda cada detalle, cada nombre, cada operación: "Han sido cuatro años recopilando información para escribir el libro".

'La Tigresa', Bolinaga, 'Txapote', De Juana Chaos, 'Pakito', 'Txeroki' o 'Thierry' son otros de los etarras, "algunos de ellos mediocres fuera del mundo terrorista", a los que se enfrentó en su larga carrera en los servicios antiterroristas, antes de pasar a la UCO. "Todavía hoy alguno se pregunta dónde está Josu Ternera", dice a modo de ejemplo antes de sostener que se han dedicado muchas líneas a este y otros etarras sin saber muy bien el papel que han jugado.

"Ahora ya no, pero te molesta sobre todo cuando llenaban el País Vasco de pintadas con caras como la de Urrusolo: 'txakurras, seguid buscando", comenta. "No saber qué papel tuvo gente como Ternera significa que igual no tuvo relevancia dentro de ETA", explica a continuación, para añadir de forma tajante: "Josu Ternera sólo ha tenido nombre, de 1989 para acá no ha sido nada".

EL RECUERDO DE IRENE Y OTRAS VÍCTIMAS

En la entrevista rememora algunas situaciones personales que, todavía hoy, emocionan a este mando policial. Es el caso de Irene Fernández, la única agente de la Guardia Civil (el libro dedica un capítulo a la importancia de las mujeres en la batalla contra ETA) que fallece por un atentado. En su siniestra historia, ETA ha acabado con la vida de más de 800 personas, doscientos de ellos guardias civiles, el colectivo con más coste en vidas humanas.

'Sangre, sudor y paz' y los dos volúmenes de 'Historia de un desafío' es un homenaje a Irene Fernández y cada uno de los agentes que luchó contra ETA desde "la sombra de Franco" hasta conseguir lo que se califica como "un final justo". No se esquivan errores propios en la lucha contra ETA ni tampoco se cae en el lenguaje políticamente correcto: se critica la etapa en la que el PNV "se va con ETA" y la del silencio casi generalizado en el País Vasco, cuando no directamente complicidad con el terrorismo.

La batalla en todos los frentes contra ETA, el político, mediático y jurídico, la dispersión de presos, la 'kale borroka' y, sobre todo, lo que califica como el "instinto de supervivencia al saber que era o ellos o nosotros" son etapas que va repasando en la conversación hasta llegar a momentos claves, hasta que la Guardia Civil "consigue saber casi todo de ETA".

La operación Santuario con el cambio de siglo marca un antes y un después: "vemos que el final está muy cercano, aunque fue en 1992, cuando se detiene a la cúpula en Bidart, cuando vemos que se le puede derrotar". Otra clave: "Fue muy inteligente no hacerles caso, ignorarles cuando suplicaban estos últimos años una negociación, un gesto".

"La derrota nos hubiera gustado que se hubiera escenificado como en la Segunda Guerra Mundial en un portaviones, pero eso ellos no lo iban a hacer nunca, tampoco la sociedad, el PNV o Batasuna los dejaba", sostiene Sánchez Corbí, que cita episodios recientes como el supuesto desarme en Bayona para defender: "Han sido cobardes hasta para ser derrotados, han desaparecido sin reconocer que han perdido". "Está luego su orgullo de la supremacía vasca de no reconocer que los guardias civiles españoles me han derrotado", añade.

El coronel cree que los últimos comunicados de ETA o las llamadas al debate interno de los presos etarras para aunar esfuerzos "aprovechando los vientos que vienen de Cataluña a favor del derecho a decir" responde, según Sánchez Corbí, a su intento de no perder cierto tutelaje sobre los suyos. "Pero saben que lo que dice ETA, ahora que no tienen pistolas, tiene el mismo valor que el que tiene el GRAPO", subraya. "Nada".

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