Quiere propiciar un cambio profundo y duradero en Andalucía, mientras "cuente con la confianza" de la Cámara
SEVILLA, 17 Sep. (EUROPA PRESS) -
La presidenta de la Junta, Susana Díaz, ha considerado este miércoles, durante su intervención en el Debate sobre el Estado de la Comunidad, "inadmisible e intolerable" el "castigo" y la "agresión" del Gobierno central a Andalucía, con el "aval y la complicidad" del PP-A.
Ante el Pleno del Parlamento, Susana Díaz ha señalado que si algo no ha cambiado en Andalucía ni en este año ni en los anteriores, ha sido la "actitud de la derecha hacia nuestra tierra, que sigue con la misma política de hace décadas: la del desprecio, la del agravio, y de la falta de compromiso con la defensa de nuestros intereses".
A su juicio, parece "mentira que desde el Gobierno de España nadie valore el aporte de equilibrio" que Andalucía hace a la unidad de este país. "Es inadmisible y además intolerable que, por razones partidistas y por motivos políticos, se castigue a toda una comunidad", ha expresado la presidenta, que se ha referido a su obligación de oponerse a esa manera de hacer las cosas y de denunciarla ante los ciudadanos y ante sus representantes.
Asimismo, ha mostrado su preocupación por la actitud de "complicidad" del PP-A con el Gobierno central en su "castigo" a Andalucía y que, en ningún momento, le haya respondido al paquete de acuerdos que le ha ofrecido en varias ocasiones.
Ha recordado que el pasado mes de enero, durante el debate general sobre la situación de Andalucía, hizo al PP-A una oferta de pactos sobre una serie de asuntos de gran importancia para esta comunidad, como solicitar conjuntamente al Gobierno central un plan especial de empleo; un acuerdo sobre una financiación justa; un acuerdo para que Andalucía reciba los fondos de la Unión Europea que le corresponden, o un acuerdo sobre una conexión ferroviaria adecuada para el puerto de Algeciras (Cádiz).
Sin embargo, según Díaz, hasta la fecha no ha recibido ninguna contestación del PP-A a esta oferta de acuerdos. A su entender, la actitud de esa formación sitúa a Andalucía ante un "problema político de envergadura, como es que el partido que colabora de forma activa con la agresión permanente a nuestra tierra, el que se niega a cualquier acuerdo, el que jamás se pone del lado de Andalucía es, en estos momentos, y desde las pasadas elecciones de 2012, la minoría mayoritaria de esta Cámara".
Durante su intervención, la presidenta ha querido lanzar un mensaje: "yo no me quiero encontrar en una situación en la que, por falta de posibilidades de desarrollar en su integridad el programa de acuerdo de Gobierno, nuestra acción se pueda distanciar de las expectativas de cambio y mejora de la inmensa mayoría de la sociedad andaluza, que anhela nuevos horizontes de progreso.
Según ha agregado acto seguido, los andaluces "están pagando un coste muy alto por el empecinamiento del Gobierno de España en mantener políticas que no sólo son equivocadas sino que, además, constituyen una ofensa permanente a nuestra autonomía, a nuestro estado del bienestar y, en definitiva, a nuestros conciudadanos", algo a lo que "no hay derecho".
NO SE AFERRA AL CARGO
Asimismo, ha querido dejar claro que ella no está al frente de la Junta para aferrarse al cargo, "por honroso" que éste sea, sino para servir a Andalucía y para propiciar un cambio que sea, al mismo tiempo, profundo y duradero.
"Sé al puerto que quiero llevar a Andalucía", ha sentenciado la presidenta, para quien ese gran objetivo requiere "una bases muy sólidas", a las que en modo alguno contribuye el PP-A.
Susana Díaz cree que los ciudadanos ya la conocen y saben que da la cara: "no rehuyo los desafíos y ofrezco diálogo para acometer entre todos los problemas urgentes de Andalucía". Ha expresado su voluntad de seguir tomando las decisiones que sean más beneficiosas para esta tierra y para su gente "mientras cuente con la confianza de esta Cámara".
La presidenta ha mostrado su preocupación por que sobre España se ciernen hoy "amenazas muy serias para la cohesión social y aún territorial, como hemos tenido ocasión de volver a comprobar hace sólo unos días con la celebración de la Diada de Cataluña, y con un descrédito palpable de la política y del conjunto de las instituciones democráticas".
