El Ejército prepara a 7.000 pilotos y otros tripulantes civiles y militares para potenciar la seguridad en vuelo

El ministro de Defensa visita el Centro de Instrucción de Medicina Aeroespacial
EUROPA PRESS
Actualizado: miércoles, 8 julio 2015 4:00

Felipe VI pasó su reconocimiento anual el pasado abril, en su condición de piloto del Ejército del Aire, cuando todavía era Príncipe

MADRID, 24 Jul. (EUROPA PRESS) -

Casi 7.000 pilotos, tripulantes, paracaidistas y otros expertos en aviación civil y militar pasaron en 2013 por el Centro de Instrucción de Medicina Aeroespacial (CIMA) para someterse al reconocimiento al que están obligados y realizar el adiestramiento adecuado para volar, ya sea en aviones de combate o en aeronaves civiles, sobre todo teniendo en cuenta que aproximadamente el 80 por ciento de los accidentes aéreos se producen por fallos humanos.

El CIMA, que acaba de inaugurar nuevas instalaciones junto a la base aérea de Torrejón de Ardoz (Madrid), es un centro de sanidad militar dependiente del Mando de Personal del Ejército del Aire que tiene como objetivo potenciar la seguridad en vuelo a través de la valoración psicofísica del personal.

Por un lado, el CIMA selecciona y mantiene la aptitud de vuelo de los tripulantes aéreos, controladores y paracaidistas de las Fuerzas Armadas y, por otro, desarrolla programas de entrenamiento de hipoxia y altas aceleraciones, entre otras cosas, para personal de los Ejércitos, Armada y Guardia Civil. Además, colabora con distintas entidades civiles, universidades, industria y particulares, para lo que cuenta con un laboratorio de altitud, de desorientación espacial y de visión nocturna.

SÓLO UN 5 POR CIENTO NO RESULTA APTO

Los pilotos, tripulantes, paracaidistas y otro tipo de personal han de pasar un reconocimiento anual, aunque también depende de la edad y las condiciones físicas. En 2013, pasaron por el CIMA 4.823 militares y 2.066 civiles y, según el personal del centro, tan sólo un 5 por ciento no supera las pruebas.

Las revisiones --que miden posibles riesgos de incapacitación durante el vuelo, aspectos sensoriales como la visión y la audición, así como la actividad cardiaca-- son las mismas para todo el personal, si bien los baremos por los que se rigen los médicos del centro para dar su visto bueno son diferentes según la categoría del examinado.

El propio Rey Felipe VI pasó satisfactoriamente su último reconocimiento el pasado 4 de abril, ya en las nuevas instalaciones del centro, cuando todavía era Príncipe de Asturias, por su condición de piloto del Ejército del Aire.

REPRODUCIR LAS CONDICIONES DE VUELO

De lo que se trata es que el personal civil y militar sienta de la forma más aproximada posible las condiciones que se pueden sentir en un vuelo, ya sea de un avión comercial o de un caza. Para eso están, por ejemplo, las cámaras hipobáricas, que pueden reproducir de forma muy fiel las condiciones de la altitud a la que vuelan los pilotos, que suele ser entre 25.000 y 43.000 pies.

El ministro de Defensa, Pedro Morenés, acompañado por el jefe del Estado Mayor del Ejército del Aire, general Francisco Javier García Arnaiz, ha visitado este jueves las nuevas instalaciones del CIMA, donde se le ha explicado el trabajo que realiza así como el material del que dispone.

Según ha declarado después a los medios de comunicación, se ha llevado una "impresión muy satisfactoria" porque desarrolla un trabajo "absolutamente necesario", como es preparar a los pilotos y otro personal aéreo civil y militar, a pesar de las "dificultades" económicas.

Además, Morenés ha destacado la "importancia" del centro para la investigación para lograr "acomodar la genética a la tecnología". "El CIMA es un ejemplo de que las FAS están a la cabeza de algo tan importante como es la I+D+i para el desarrollo general de España", ha apuntado.