El etarra Legorburu dice que no tiene "nada que ver" con el asesinato de tres guardias civiles en 1980

Actualizado: miércoles, 8 julio 2015 6:00

En el juicio, que se retomará mañana, el etarra se enfrenta a una pena de 81 años de prisión

SAN FERNANDO DE HENARES, 23 Jul. (EUROPA PRESS) -

El etarra José Lorenzo Ayestarán Legorburu, alias 'Fanecas', ha dicho este miércoles que él no tiene "nada que ver" con el asesinato de tres guardias civiles en una carrera ciclista en octubre de 1980 en Salvatierra (Álava), hechos por los que se enfrenta a una pena de 81 años de prisión en el juicio que se celebra este miércoles en la Audiencia Nacional.

Al comienzo de la vista oral, que ha tenido lugar en la sede que el órgano judicial tiene en San Fernando de Henares (Madrid), el etarra no ha querido responder a las preguntas de la Fiscalía y, se ha limitado a decir a preguntas de su abogado: "Yo no tengo nada que ver con los hechos que se me acusan en este juicio". A continuación, ha añadido que no está de acuerdo con la dicho pleito.

El miembro de la banda terrorista ETA se enfrenta a tres penas de veintisiete años de prisión por un delito de atentado a agentes de las Fuerzas de Seguridad con resultado de muerte y dos delitos de asesinato con alevosía. La Fiscalía le considera culpable de la muerte de Avelino Palma, José Vázquez y Ángel Prado, y, además, pide que indemnice con 390.000 euros a cada una de las viudas de dos de los guardias civiles que fallecieron --el tercero era soltero--.

Según el relato del fiscal, 'Fanecas' integraba un comando de la organización terrorista ETA junto a Ignacio Aracama Mendía, alias 'Makario', a Félix Alberto López de la Calle, 'Mobutu' --ya condenados-- y a dos individuos ya fallecidos, que actuaba en la provincia de Álava y estaba provisto de armamento que facilitaron los responsables de la banda desde Francia.

"HAN PASADO MUCHOS AÑOS DESDE ENTONCES"

El etarra ya condenado por estos hechos, López de la Calle, 'Mobutu', ha declarado en calidad de testigo por videoconferencia y ha dicho no conocer el comando que presuntamente actuaba entonces en la provincia de Álava ni recordar los hechos. "No sé de qué comando está hablando", ha asegurado al fiscal, añadiendo que "han pasado muchos años desde entonces" aunque ha señalado que le "suena" el alias 'Fanecas'.

Por su parte, Aracama Mendía --también condenado-- ha afirmado que no recuerda si participó en el atentado, precisando también que ha olvidado todos los detalles porque sucedió "hace mucho tiempo".

Asimismo, Soledad Iparaguirre, que ha declarado por videoconferencia desde Francia, ha negado haber ayudado a los presuntos culpables del atentado a esconderse. A pesar de que la Fiscalía ha recordado que ya ratificó en una declaración ante un juez en 1981 conocer al acusado, Iparaguirre ha dicho no saber quién es Legorburu: "Tenía 18 años y no me acuerdo de nada, hace 33 o 34 años que ocurriendon esos hechos", ha insistido.

Al respecto, ha denunciado que "esas declaraciones se cometiron hace 33 años en unas condiciones de detención totalmente antidemocráticas porque en aquellos tiempos la incomunicación duraba 10 días y las torturas eran sistemáticas".

Durante el juicio, que se retomará mañana con la lectura de más informes, también ha comparecido brevemente María Luisa Guenetxea, también acusada de alojar en su casa a los etarras antes del atentado. "Yo estaba en mi casa", se ha limitado a decir, insistiendo en que no sabe nada más.

SECUELAS PARA LAS VÍCTIMAS DE TERRORISMO

Tras ellos, ha comparecido Manuela Orantes, viuda del guardia civil asesinado Avelino Palma, así como Gemma López, viuda del otro guardia civil fallecido, que han relatado ante el tribunal, presidido por Alfonso Guevara, las secuelas psicológicas que han sufrido desde el momento del atentado destacando que siguen bajo tratamiento médico 33 años después

López ha relatado al tribunal que su marido no tenía que trabajar el día del atentado porque era sábado y estaba librando y, sin embargo, acudió para cubrir a uno de sus compañeros. "Se llevaron la vida de mi marido, pero también más de la mitad de la mia", ha dicho la testigo, que entonces estaba embarazada de 4 meses.

Asimismo, ha relatado las repercusiones que el fallecimiento de su marido tuvieron en el parto y sobre la recién nacida que, según ha dicho, tiempo después no entendía "por qué sus amigas tenían un padre" y ella no.

Varios agentes que han acudido al pleito para declarar, han señalado que tras el tiroteo se encontraron hasta 17 casquillos de bala. Uno de los policías ha manifestado que tras la detención de los tres individuos, se localizaron dos armas.

ATENTADO CONTRA TRES GUARDIAS CIVILES

El 4 de octubre de 1980, antes de la celebración de la prueba ciclista de las fiestas patronales de Salvatierra, los miembros del comando robaron a punta de pistola un vehículo en la ciudad de Vitoria y cometieron los asesinatos gracias a los datos que les facilitó Ismael Pérez de Mendiola --sacerdote en esas fechas y ya condenado por esta causa-- sobre la ubicación de las víctimas, horario y recorrido, según el relato de la Fiscalía.

Ese día llegaron a Salvatierra una hora antes de que comenzara la carrera ciclista que los guardias civiles Avelino Palma, Ángel Prado y José Vázquez iban a custodiar mientras ordenaban el tráfico.

Los etarras se aproximaron a los efectivos del Instituto Armado y dispararon a las víctimas "de forma sorpresiva" con el objetivo "de evitar cualquier reacción defensiva" por parte de las víctimas "varias veces" en la cabeza y en el tronco provocándoles la muerte. El guardia civil José Vázquez dejó una mujer embarazada de cuatro meses y, por su parte, Avelino Palma era padre de dos niños de tres y cuatro años.

Después del atentado, los acusados huyeron en el vehículo y se dirigieron hacia el puerto de Opacua, abandonando el turismo en el camino de Vicuña de Alegría (Álava). Tras esto, se escondieron en un caserío y, posteriormente, se ocultaron en un escondite de Escoriaza.

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