Iglesias, de rechazar entrar en gobiernos de otros partidos o proponer independientes a ofrecerse de vicepresidente

Pablo Iglesias,  Xavier Domenech e Iñigo Errejón en rueda de prensa
EUROPA PRESS
Actualizado: viernes, 22 enero 2016 19:07

MADRID, 22 Ene. (EUROPA PRESS) -

La estrategia de Podemos de cara a la formación del próximo gobierno de España ha ido variando a lo largo de los últimos meses, hasta dar un giro radical en las últimas horas. Así, el partido que en sus orígenes hace dos años enmarcaba al PSOE en la denominada "casta", ha ofrecido ahora a los socialistas la formación de un gobierno tripartito junto a Izquierda Unida, un partido con el que no han sido pocos los desencuentros.

El líder del partido morado y candidato a la Moncloa en las generales del 20 de diciembre, Pablo Iglesias, ha sorprendido este viernes a todas las formaciones ofreciendo al líder del PSOE, Pedro Sánchez, negociar un gobierno de coalición que represente "el cambio" que, a su juicio, votaron los ciudadanos; un ejecutivo y del que él sería el vicepresidente.

Esta decisión de entrar a formar parte de un gobierno que no lidere Podemos contrasta con la postura seguida hasta ahora por el partido morado, que tras las pasadas elecciones autonómicas decidió limitarse a favorecer con sus votos gobiernos del PSOE en varias regiones como Castilla-La Mancha, Extremadura o Aragón.

De hecho, en la primera reunión tras dichos comicios que mantuvo Iglesias con los candidatos autonómicos de Podemos, reafirmó que no iban a entrar en ningún gobierno que presidiera el PSOE, y así fue.

El líder del partido morado fue más allá en julio y, en una entrevista concedida a Europa Press, aseguró que, de cara a las elecciones generales, no entraría a formar parte de un gobierno presidido por otro partido político. También afirmó que él no aceptaría ser vicepresidente del líder del PSOE, Pedro Sánchez, o cualquier otro candidato a las próximas elecciones generales.

Como postura intermedia, Iglesias y su formación llegaron incluso a plantear hace pocas semanas, pero ya después de los comicios del 20 de diciembre, la posibilidad de buscar "una figura independiente de prestigio" que asumiera la presidencia del Gobierno. Así lo plantearon tras criticar la falta de iniciativa que, a su juicio, estaba demostrando Sánchez a la hora de impulsar un gobierno alternativo.

EL REFERÉNDUM EN CATALUÑA, EN UN SEGUNDO PLANO

Asimismo, Podemos también ha ido suavizando estos últimos días el tono de algunas de sus demandas. Así, la celebración de un referéndum en Cataluña, que Iglesias defendió con firmeza el día después de las elecciones, ha desaparecido ahora del primer plano de su discursos y, aunque lo siguen considerando la mejor solución para resolver la cuestión territorial, se muestras dispuestos a negociar.

"Los que no reconocen la plurinacionalidad están diciendo: Cuatro años más del PP", afirmó Iglesias el 21 de diciembre. Este viernes, Iglesias ha defendido que Podemos no tiene "líneas rojas" y se ha mostrado dispuesto a "escuchar las propuestas" de sus posibles socios de gobierno".

Como consecuencia, la formación morada ha ido acortando a medida que han ido avanzando los días su distancia con el PSOE, un partido que durante su primer año de vida se convirtió junto al PP en blanco de todas sus críticas. Ahora, los de Iglesias defienden incluso la necesidad de compartir Consejo de Ministros.

De hecho, el término "casta" que usaban para referirse a muchos de los dirigentes de estas dos formaciones --en concreto, los que "utilizan su situación política para obtener privilegios"--, y que se convirtió en seña de identidad de la formación, brilla ahora por su ausencia en las intervenciones públicas de los dirigentes de Podemos.

DEL PROCESO CONSTITUYENTE A REFORMAR LA CONSTITUCIÓN

Además de este término, Podemos ha ido dejando atrás, a lo largo de sus dos años de existencia recién cumplidos, algunos de sus principales postulados, como por ejemplo, la apertura de un proceso constituyente, que ahora han sustituido por una reforma, profunda eso sí, de la Constitución.

En su primer discurso tras ser proclamado oficialmente secretario general de Podemos, el 15 de noviembre del año pasado, Iglesias dejó claras las intenciones de su formación: Defender el "derecho a decidir sobre todas cosas". "Discutamos de todo y con todos. Un proceso constituyente para abrir el candado del 78", sentenció el líder de la formación morada ante los aplausos de un abarrotado Nuevo Teatro Apolo.

No obstante, Iglesias confirmó el pasado mes de noviembre lo que ya se daba por hecho: que la formación abandonaba su pretensión de iniciar un proceso constituyente, sustituyéndola por la necesidad de llevar a cabo una reforma de la Carta Magna. El motivo, que dudan "que haya una mayoría social en España que quiera una nueva Constitución".

Este cambio en sus propuestas, que algunos de sus simpatizantes más críticos --incluido el exdirigente y cofundador Juan Carlos Monedero-- han tachado de "moderación", Podemos lo achaca a la necesidad de asumir la "responsabilidad de Estado" y la "madurez" que requiere haberse convertido en una fuerza "con opciones de Gobierno".

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