El presunto yihadista de Pinto aportaba 600 euros mensuales a la mezquita para hacerse con su control, según un agente

Publicado: martes, 19 junio 2018 14:23

Se enfrenta a siete años de cárcel por intentar captar a musulmanes en una estructura salafista, que él lideraba

MADRID, 19 Jun. (EUROPA PRESS) - El ciudadano marroquí Aziz Zaghanane, que se enfrenta a siete años de cárcel por delito de colaboración con organización terrorista, pagaba entre 500 y 600 euros mensuales a la mezquita de la localidad madrileña de Pinto, donde residía, a cambio de hacerse con su control y poder utilizarla como lugar de reunión con otros miembros de la comunidad musulmana a los que intentaba captar para integrar una célula, según un guardia civil que intervino en la investigación.

El agente, que ha declarado en calidad de testigo en la vista oral contra dos miembros de este grupo, ha asegurado que, gracias a su elevado poder económico, el acusado podía abonar esta cuantía y conseguir, a cambio, controlar a los imanes del templo. De hecho, según la declaración del testigo, llegó a provocar la salida de un imán que no comulgaba con el postulado salafista.

El objetivo de Zaghanane era captar a miembros de la comunidad musulmana de la localidad madrileña y creó, para ello, un grupo de Whatsapp a través del cual se ejercían todas las comunicaciones. Algunos intentaron salir de este chat pero les hacía ver que esto supondría "una especie de muerte civil en Pinto", ha dicho el testigo.

El grupo empezó a ser acólito a la mezquita y consiguió "hacerse con su control", tanto es así que, al finalizar el rezo permanecían en el lugar introduciendo comidas y bebidas. Al respecto, el acusado explicó que acudía únicamente a rezar y que el templo para ellos no era solo un lugar de culto sino de reunión entre musulmanes, sin pretensión alguna de fomentar la violencia.

"EFUSIVIDAD" EN EL GIMNASIO

El testigo también ha explicado que a los empleados del gimnasio al que acudía les impactó la "efusividad" del acusado y su grupo de seguidores, que pasaron de hacer pesas a un entrenamiento de cuerpo a cuerpo. "Les llamó la atención la intensidad y que era un grupo que no se relacionada con nadie; de hecho uno de ellos decía que no se duchaba con esos cerdos porque eran para ellos infieles", ha explicado.

El testigo ha asegurado, en línea con lo manifestado por el Ministerio Fiscal en su escrito de acusación, que este acusado se presentaba como el sabio o 'Sheik' del grupo y que "llevaba la voz cantante". Según su testimonio, era una persona muy culta y aprovechaba que sus seguidores tenían un conocimiento muy limitado; tanto es así que uno de ellos le llegó a preguntar si durante el Ramadán podía ir al dentista por el hecho de que la anestesia se pudiera entender como comida.

MANIPULABA LA INFORMACIÓN

También ha recordado ante el tribunal de la Audiencia Nacional que llegó a prohibir al grupo que donaran sangre --pese a que el imán de la mezquita les incitó a cometer la "buena acción"-- porque podría ser utilizada para salvar la vida de los infieles. Para ejercer su dominio, consultaba información de la guerra de Siria continuamente pero luego "manipulaba convenientemente" estos datos y los transmitía según su postulado, llegando a defender que los degollamientos a infieles estaban justificados por el Corán.

Otro de los agentes operativos de la investigación, ha insistido en que él "justificaba en todo momento" la guerra en Irak y que, en conversaciones con el resto de musulmanes, defendía el uso de la violencia y el empleo de bombas para defender al pueblo iraquí del Ejército estadounidense.

En su interrogatorio de este lunes, el acusado se desvinculó del Estado Islámico y dijo que, con sus debates, pretendía generar un pensamiento crítico sobre este grupo terrorista así como sobre su origen y finalidad. Tras la declaración de los agentes, el tribunal que preside la magistrada María José Rodríguez Duplá ha suspendido la sesión y la reanudará este miércoles con la prueba documental.

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