Robles llega a Líbano en un último esfuerzo para lograr el liderazgo de la misión

La ministra de Defensa, Margarita Robles, pasando revista a las tropas
MINISTERIO DE DEFENSA
Publicado: jueves, 28 junio 2018 14:48

BEIRUT, 28 Jun. (De la enviada especial de EUROPA PRESS, Pilar de la Cuesta) -

La ministra de Defensa, Margarita Robles, ha elegido la misión de la ONU en Líbano para su primer viaje a una operación en el exterior. Se trata de un último esfuerzo por conseguir que España lidere la operación durante los próximos dos años.

Robles ha llegado este jueves a Beirut para visitar a los militares del contingente español que forman parte de esta misión, una de las más importantes para España tanto por su larga duración, desde 2006, como por ser la más numerosa, con 610 efectivos.

La ministra ha llegado a las 15.30 horas (hora local) a bordo de un Airbus A310 de la Fuerza Aérea española al aeropuerto de Beirut, la capital libanesa, donde ha sido recibida por el embajador español en Beirut, José María Ferré. La ministra viaja acompañada, entre otros, por el secretario de Estado de Defensa, Ángel Olivares; y el Comandante del mando de Operaciones, Fernando José López del Pozo.

La ministra ha elegido esta misión para su primera visita a una operación en el exterior en la que participan las Fuerzas Armadas españolas. Se trata de una operación de Naciones Unidas puesta en marcha en 2006 para vigilar la frontera entre Líbano e Israel --la denominada 'blue line'-- y supervisar el cese de hostilidades con las milicias de Hezbolá.

España participa en la misión desde su creación con el grueso del contingente destacado en la base 'Miguel de Cervantes', en la localidad de Marjayún en el sur del país, donde la ministra se desplazará en helicóptero desde el aeropuerto de Beirut.

En la actualidad, las Fuerzas Armadas españolas tienen en Líbano un total de 610 efectivos, que podrían incrementarse próximamente si España asume el mano de la misión tal y como ha ofrecido a la ONU. Esta labor implicaría tanto el aumento del número de militares --sin sobrepasar los 1.100 autorizados por las Cortes Generales-- como el desplazamiento de un buque ligero de la Armada para el componente marítimo de la misión.

Sin embargo, fuentes militares han reconocido que las posibilidades de España son muy escasas y se da por seguro que el liderazgo de la misión recaerá en el general ofrecido por Italia.

Independientemente de la decisión sobre el mando de la operación, las Fuerzas Armadas españolas sí están al frente de la Brigada Multinacional Sector Este, compuesta por cuatro batallones --España, India, Indonesia y Nepal-- y una compañía de las Islas Fiji. Al mando está el general de brigada Francisco Javier Romero Marí.

Actualmente, España es el tercer país contribuyente de la Unión Europea a UNIFIL, por detrás de Italia y Francia, y el octavo global de la misión. En concreto, el contingente español suma 630 efectivos, 20 de ellos en el cuartel general de UNIFIL en Naqoura y 601 en Marjayoun. Además de los militares, forman parte de la misión 12 guardias civiles y un Equipo Operativo Conjunto para labores de contrainteligencia y operaciones especiales.

HOSTILIDADES ENTRE ISRAEL Y HEZBOLÁ

La operación 'UNIFIL' en Líbano tiene el objetivo de vigilar la frontera del país con Israel para supervisar el cese de hostilidades con las milicias de Hezbolá. También garantizar el acceso humanitario a las poblaciones civiles y el regreso voluntario y seguro de las personas desplazadas.

El motivo de la llegada de las tropas españolas a Líbano se remonta a julio de 2006, cuando tuvo lugar el secuestro de dos soldados israelíes por Hezbolá, lo que provocó una operación del Ejército hebreo que se prolongó durante 34 días. La resolución 1.701 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas del 11 de agosto de ese año estableció, por tanto, reforzar su Fuerza Provisional en Líbano (FINUL) hasta un total de 15.000 soldados.

Durante estos más de diez años de misión, han pasado por Líbano cerca de 23.700 militares que han realizado 155.000 patrullas y recorrido más de 20 millones de kilómetros. El contingente español ha desactivado 4.400 minas, limpiando una superficie de 456.000 metros cuadrados.

Para cumplir los objetivos de la misión, las tropas españolas realizan diariamente patrullas a pie y en vehículo, establecen puntos de control y monitorizan permanentemente la situación en la Línea Azul, se sitúan en puntos de observación, actividades que llevan a cabo tanto solos como en colaboración con las Fuerzas Armadas libanesas. Todo ello con el objetivo de disuadir a las partes para evitar un nuevo conflicto.

Además, los cascos azules españoles llevan a cabo otras muchas actividades que no están directamente relacionadas con el cumplimiento de las resoluciones de la ONU pero, según el Ministerio de Defensa, "contribuyen al desarrollo de la zona y a su estabilidad, mejorando la percepción de la población local".

Así, destacan iniciativas como el programa Cervantes de enseñanza del español o consultas veterinarias para el ganado de la zona, así como proyectos de reconstrucción de infraestructuras o cursos de contraincendios a cargo de la Unidad Militar de Emergencias (UME), entre otros.

Desde el inicio de la operación, 14 militares españoles han perdido la vida en acto de servicio, seis de ellos tras un ataque con artefacto explosivo improvisado y uno más, el cabo Soria, por el disparo de un militar israelí.

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