PAMPLONA, 22 Mar. (EUROPA PRESS) -
Familiares y amigos del acusado de matar a su cuñado en Arróniz el 2 de marzo de 2008 han asegurado que era "frecuente" que el fallecido, Felipe Osés Ajona, "insultara y amenazara" al acusado y han coincidido en que era una persona "violenta que bebía mucho" y que incluso era "muy molesta" para los vecinos del pueblo.
Así lo han expuesto varios testigos en la segunda sesión del juicio con jurado popular que se celebra en Pamplona contra Ricardo M.H., para quien el fiscal solicita 7 años y 6 meses de prisión por un delito de homicidio con la atenuante muy cualificada de defensa propia. Por su parte, la defensa reclama la absolución al entender que concurren las eximentes completas de trastorno mental transitorio, legítima defensa y miedo insuperable.
La cuñada del acusado, hermana de Felipe Osés Ajona, ha asegurado que ambos han mantenido una mala relación "desde antes de la herencia" del padre del fallecido, con quien éste "también tenía mala relación" porque "le amenazaba e incluso le tiró al suelo varias veces".
Ha contado que para la familia "era difícil" controlar a Felipe Osés porque "era fuerte" y ha asegurado que "podría haber hecho cualquier cosa" al ser una persona "impredecible, envidiosa y deteriorada por la bebida". Además, ha hecho hincapié en que tanto el acusado como el resto de la familia le "tenía miedo" porque "nos insultaba y se ponía muy violento".
Según ha expuesto, la relación entre los cuñados "ha sido mala desde siempre" y ha indicado que el fallecido alegaba que "le estábamos quitando todo, cuando no era de él sino de nuestro padre", después de que éste decidiera no dejar su herencia ni al fallecido ni a otro hermano.
La cuñada del acusado ha destacado que Felipe Osés "tenía problemas psiquiátricos" y ha afirmado que la familia "le ha llevado muchas veces a distintos centros y le ha cuidado", incluso Ricardo M.H., quien, según ha dicho, "le ayudó aunque él no se dejaba".
En este sentido, el propietario de un bar de Arróniz ha contado que era "frecuente" que Felipe Osés Ajona "insultara y amenazara" al acusado y ha asegurado que cuando el fallecido, que era "muy fuerte", tomaba bebidas alcohólicas se ponía "muy violento".
Un argumento que han ratificado dos amigos de Ricardo M.H., vecinos de Arróniz, quienes han defendido en todo momento que el acusado tenía "miedo" al fallecido y que la gente del pueblo "no confiaba en él". Uno de ellos, además, ha incidido en que el fallecido ha protagonizado episodios "muy violentos" en alguna ocasión y ha destacado que incluso era "muy molesto" para los vecinos de la localidad.
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En la segunda sesión del juicio contra Ricardo M.H. también ha comparecido otro de los hermanos de Felipe Osés Ajona, el único de todos ellos que pide indemnización por su muerte y que mantenía, según ha dicho, "muy buena relación" con el fallecido.
Ha argumentado que antes del testamento de su padre, que no les dejó ni a él ni al fallecido nada de la herencia, los cuñados "no se llevaban mal" y ha contado que ambos creían que fue Ricardo M.H. quien acompañó a su suegro al notario para realizar el testamento.
Ha asegurado que él nunca ha visto que Felipe Osés Ajona "amenazara o insultara" al acusado, pero ha matizado que como "no estaba bien y bebía con frecuencia, le daba vueltas a la cabeza y perdía los nervios". En su opinión, el fallecido "no tenía fuerza ni para levantarse del suelo" y ha afirmado que era una persona que "no se cuidaba, se pasaba meses sin comer y tenía los huesos mal".
Por su parte, las forenses que se hicieron cargo de la autopsia de Felipe Osés han explicado que cuando llegaron al lugar del suceso se encontraron al fallecido tendido, boca arriba, en el rellano con las piernas en las escaleras. Tenía la cara "llena de heridas" y "había mucha sangre debajo del cadáver, además de salpicaduras en la pared".
Una de las forenses ha señalado que teniendo en cuenta la posición en la que se encontraron el cuerpo de Felipe Osés "era muy difícil que se hubiera podido levantar, aunque sí pudo haberse incorporado". Ha destacado que el fallecido, quien según la autopsia tenía todos los huesos de la cabeza rotos y pudo recibir entre 9 y 12 golpes, parecía una persona "poco cuidada y poco ágil por sus 120 kilos".