Vendrell (ERC) admite que llamar Entesa al tripartito es "marketing" pero responde al convencimiento de los socios

Actualizado: martes, 21 noviembre 2006 20:36

BARCELONA, 21 Nov. (EUROPA PRESS) -

El diputado de ERC en el Parlament Xavier Vendrell admitió hoy que el cambio de nombre del nuevo tripartito catalán por Govern d'Entesa es "una operación de marketing", pero aseguró que eso no implica engañar a la ciudadanía, porque los tres socios están convencidos de que puedan trabajar "bien" en la Generalitat.

Así lo dijo al responder a un alumno en la Universitat Abat Oliba (CEU), de Barcelona, donde explicó ante un aula de estudiantes la estrategia de la campaña electoral republicana, de la que fue director.

Al preguntársele de forma muy directa si el cambio de nombre es "un intento de lavar la imagen", respondió con ironía: "Es descaradamente un esfuerzo desesperado para que la gente se piense que realmente se pueden hacer las cosas diferentes desde un gobierno conformado por tres partidos de izquierdas". Y añadió: "No quiere decir que engañemos; nosotros estamos convencidos de que lo podemos hacer bien, de que esta vez lo haremos bien. Ya lo juzgaréis dentro de cuatro años -esperemos--".

Xavier Vendrell explicó que, al plantearse un segundo ejecutivo de coalición, no costó ponerse de acuerdo en el nuevo nombre, que se prefirió al de 'Govern catalanista i d'esquerres' porque puede parecer que excluye a quienes no sean catalanistas y de izquierdas.

"Lo primero que visualiza la gente el primer día que salimos es '¿Ya volvemos a tener el tripartito?' No, Govern d'Entesa -dijo--. Por tanto, sí, es una operación de marketing, no nos engañemos". "No ha sido el tema más difícil para ponernos de acuerdo", apuntó, ya que "había que buscar un nombre que transmitiera la sensación de unidad", cuya carencia ha sido precisamente "una de las cosas que hizo más daño al gobierno en estos tres año".

Vendrell alegó que, salvando las distancias, es como "cambiar el envase" de un producto que "es bueno pero no funciona" al lanzarlo por primera vez. "Cambias el envase para que, de entrada, la gente se lo mire de otra manera" -dijo--, de manera que se intenta atraer diciendo implícitamente: "Volved a mirarnos, a ver si esta vez lo hacemos bien".

¿CAROD O PUIGCERCÓS?.

Centró su discurso en la estrategia de campaña de ERC, basada en hacer llegar --a quien ya les había votado alguna vez-- la "humildad" del partido de reconocer sus errores, y, a la vez, de destacar lo positivo de su acción de gobierno. Por ello, destacó las 150 reuniones que durante el verano mantuvieron los máximos dirigentes con 13.000 militantes y simpatizantes, para que a su vez extendieran la necesidad de votar a ERC. Apostó por campañas baratas, y dijo que la republicana costó 1,68 millones de euros.

El dirigente republicano insistió en que había que llegar a quien había votado ya a ERC en alguna ocasión: "Si nosotros nos hubiésemos planteado ir a hacer un crecimiento espectacular e ir a sacar voto a otros sectores, seguramente Carod no era un candidato bien situado. Pero con la estrategia de intentar consolidar el propio electorado, se creyó que no era un mal candidato, estaba bien valorado; tanto Carod como Puigcercós tenían una buena valoración".

Según Vendrell, Carod era el candidato "más bien valorado por el propio electorado" en mayo-junio, después de la valoración que tenía Artur Mas entre el electorado de CiU. En cuanto a Puigcercós, dijo que "estaba mejor valorado (que Carod) en aquél momento por gente de fuera del partido", pero tenía "prácticamente idéntica" valoración dentro de ERC. "Íbamos a dirigirnos a aquel electorado, y creo que hicimos lo que tocaba", concluyó, aunque "hubo quien planteó" el cambio de candidato.

El diputado republicano constató que, si hubiera habido elecciones tras el referéndum estatutario, Esquerra hubiera obtenido "unos 14 escaños", según la intención de voto que se reflejaba en encuestas.

En cuanto a CiU, subrayó que fue la federación la que planteó en campaña que las opciones eran la propia CiU o el tripartito, y aludió a uno de los lemas de la campaña convergente, que reflejaba todas las siglas juntas del tripartito, seguidas de 'o CiU'. Les acusó de lanzar una campaña "muy arriesgada", y destacó la "chulería" que hubo en el polémico DVD electoral y en el debate electoral televisado.