VALENCIA, 22 Mar. (EUROPA PRESS) -
La investigadora Martha L.Velez, del Center for Adiccion and Pregnancy, The Johns Hopkins School of Medicine (Baltimore, EEUU), señaló hoy en Valencia que los bebés de madres que consumen drogas durante el embarazo tienen más riesgo de nacer prematuros y con un peso bajo, lo que les predispone a padecer problemas durante toda su vida. De hecho, estos bebés con frecuencia son más irritables, impredecibles y exhiben alteraciones neurológicas y de comportamientos asociadas a la desregulación del Sistema Nervioso Central y Autónomo.
Estas son algunas de las conclusiones que presentó hoy en rueda de prensa con motivo de las XXXIV Jornadas Nacionales de Socidrogalcohol, que desde hoy y hasta el próximo sábado reúnen en Valencia a expertos mundiales para analizar los últimos datos sobre adicciones.
Estos síntomas pueden ser debidos a los efectos tóxicos directos de las drogas o al síndrome de abstinencia neonatal. Por ello, destacó que el programa que desarrolla en este instituto desde hace más de 15 años presta una atención global a las mujeres drogodependientes que incluye los controles prenatales, la dispensación de metadona, el seguimiento médico durante todo el embarazo pero también del posparto con la participación de obstretas, psiquiatras y pediatras.
En ese sentido, expuso que la mayoría de los embarazadas con problemas de drogadicción que acuden a este centro padecen traumas emocionales por haber sido víctimas de abusos sexuales o físicos. De hecho, un estudio realizado a más de 800 de estas mujeres reveló que la mitad de ellas sufrieron abusos sexuales, el 70 por ciento abusos físicos severos y muy alto emocionales.
Incluso indicó que el 20 por ciento de las participantes en este estudio padecieron abusos físicos mientras estaban embarazadas por parte de sus compañeros sentimentales, que en su mayoría eran también consumidores de drogas. "La violencia y las drogan van muy unidos", evidenció.
La doctora Vélez advirtió de que el problema se perpetúa porque estas madres no son un modelo para educar a sus hijos, lo que ha llevado a casos de hasta tres generaciones de mujeres consumidoras de drogas. Por ello, subrayó la importancia de educar a estas madres para que puedan dar a su vez una formación adecuada a sus hijos y prevenir futuras drogadicciones. Este es un componente esencial para un apropiado desarrollo cognitivo, social y emocional en esta población de niños de alto riesgo psico-social.
