Crónica China.- China se enfrenta a una urbanización desenfrenada de consecuencias imprevistas

Actualizado: viernes, 1 junio 2007 16:17

En menos de 30 años la población urbana ha pasado a representar del 20 al 45 por ciento del total

BEIJING, 1 Jun. (De la corresponsal de EUROPA PRESS, Débora Altit) -

Cuando China decidió subirse al caballo de la modernidad, hace ya casi tres décadas, pasó a convertirse en protagonista de las grandes cifras: ya no sólo era el país más poblado del planeta, sino también el de mayor crecimiento de la Historia, el país en el que más personas enriquecieron en el plazo más breve, la gran fábrica del planeta, la más contaminada.

China se ha convertido también en actor del que probablemente será el mayor movimiento migratorio de la Humanidad; si en 1979 (inicio de la política de reforma y apertura) el 80 por ciento de sus 900 millones de habitantes vivía en el campo, la proporción actual, con algo más de 1.300 millones de personas, se acerca al 55 por ciento de campesinos frente a un 45 por ciento de habitantes urbanos. Y a tantos millones hay que encontrarles un techo.

Según indicaba un estudio del año pasado del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), uno de los grandes problemas de que 300 millones de campesinos chinos vaya a emigran a la ciudad en los próximos 20 años es la expansión desmedida de las urbes, así como que la aportación de éstas a la economía sea menor a la típica de los países desarrollados.

"El desarrollo urbano que se está produciendo en China está siendo tan rápido que se hace necesario reflexionar. Es un tema que se ha analizado poco, o, desde luego, la velocidad de construcción es mucho mayor que la de reflexión", señaló el arquitecto venezolano Antonio Ochoa, en un foro sobre urbanismo organizado esta semana por el Instituto Cervantes de Beijing.

Ochoa, que reside en China desde 1993, alerta de que cualquier error en el coloso asiático "se multiplica por metros y metros cuadrados", y pone como ejemplo la propia capital china, donde el crecimiento urbano infinito ha terminado aniquilando el placer de la vida urbana.

"Beijing cuenta ya con seis anillos (carreteras de circunvalación) a pesar de que la ciudad no ha alcanzado el suficiente nivel de densidad dentro del tercer anillo. Pero al construir más anillos la ciudad se dispersa, y esto va a crear en el futuro problemas de servicios. Se encarecen los costos y la labor del Estado resulta más ineficiente", explicó.

"He oído decir que en otros países, cuando quieren poner un ejemplo de mala gestión, suelen ilustrarlo hablando de ciudades chinas", comenta Liu Yangping, miembro del Proyecto Global de Competitividad Urbana, que defiende el uso del 'márketing' en la planificación para maximizar las necesidades urbanas y económicas.

No obstante, según Liu, su uso debe basarse siempre en el diálogo con los habitantes, ya que el interés por ofrecer una imagen positiva de la ciudad acaba beneficiando, de forma indirecta, al número de espacios públicos existentes, de los cuales adolecen las poblaciones chinas. La propuesta de Liu está teniendo éxito y ya se ha convertido en asesor de varios gobiernos locales.

LA TRADICIÓN CHINA

"La tradición china señalaba que para planificar una casa hay que pensar antes en el edificio, y para pensar en el edificio debes proyectar antes la urbanización. Hoy día, se puede decir que para idear una ciudad hay que pensar antes el planeta", afirmó.

Sin embargo es la tradición china, desde el punto de vista de Ochoa, la gran culpable de las ciudades desparramadas que dominan el panorama nacional. Las construcciones clásicas del norte de China se abrían al sur, de donde llegaba el sur, y se cerraban al norte, fuente de los fríos vientos invernales y de las tormentas de arena primaverales.

Ahora, la costumbre hace que ésa siga siendo la orientación de la mayoría de edificios, y que la ley establezca que, si un edificio mide 100 metros de alto, debe mantener una distancia norte-sur de 150 metros con el edificio más cercano. Entre medias, aparte de anchas calles y aceras, se suelen plantar árboles o crear pequeñas zonas ajardinadas, "de fotografía", como dice Ochoa, aunque poco útiles. Y el resultado final son una especie de ciudades huecas como un queso de Gruyère.

"Europa ha vivido un proceso de urbanización continuado, pero en China el desarrollo ha sido mucho más extremo, y además se ha imitado el modelo estadounidense. La ideología imperante, además, consiste en crear estas 'ciudades jardín' y construir áreas separadas para las viviendas, el trabajo, las áreas comerciales, el ocio. lo cual a mi juicio es un error", comenta Wu Gang, arquitecto chino con más de diez años de experiencia en el extranjero y creador de innovadores proyectos en su país como un centro comercial con un bosque dentro o una urbanización "flotante" edificada en un humedal en Wuhan, en el centro del país.

Una de las pocas excepciones destacables a la tendencia a la dispersión, señala Ochoa, es Shanghai, una urbe concebida por europeos debido a su largo pasado colonial y que sigue conservando, pese a ser la ciudad más grande del país, una escala "humana" (Shanghai sufre, no obstante, su particular "ahuecamiento", ya que su subsuelo se hunde de forma paulatina, a la manera de una especie de Venecia china, por la construcción y la extracción de materiales y aguas subterráneos).

ISLOTES AMURALLADOS

Para Wu, el urbanismo de islotes amurallados de las ciudades chinas tiene una ventaja: "Mis abuelos pueden bajarse a las zonas ajardinadas y pasar el día con los vecinos, y los niños tienen el colegio justo abajo". Y señala que el futuro vendrá por convertir las urbes en multicéntricas, mezclar sus funciones e intentar combatir el tráfico, un problema que afecta a casi todas las ciudades del país: "Habrá que comprender que no hay que expandirse tan rápido", apunta.

Aunque Ochoa tiene otra lectura distinta del problema urbanístico chino, y no cree que vaya a cambiar pronto: "Creo que existe un temor a que la gente esté en la calle y estropee esa bonita fotografía. Las autoridades se han acostumbrado a que el chino sea incivilizado, y prefieren esconderlo. Pero la cultura urbana se aprende, aunque para ello tienes que dejar que la gente conviva".