Amar en tiempos revueltos vuelve a nuestras pantallas de televisión el miércoles 29 de agosto. La tercera temporada de la serie, que ocupa las sobremesas de La Primera de TVE desde septiembre de 2005, arranca en el verano de 1948. Una época, que como se desprende del título de la serie, estuvo marcada por la inestabilidad. Desde la reapertura de la frontera francesa y hasta la primavera de 1950, cuando acaba el bloqueo internacional al régimen franquista y la ONU deja sin efecto la resolución sobre la retirada de embajadores, se desarrollará la nueva temporada que enmarca historias de amor y desamor, entre las que destaca la vida de una nueva protagonista: Alicia.
Alicia (Sara Casasnovas) es una joven de 18 años de fuertes principios que rechaza las ideas profundamente conservadoras y clericales de la España de los años 40. Es la hija de Joaquín, un jurista republicano exiliado en Francia que regresa a su país para morir. Alicia es acogida por sus tíos, Hipólito (Antonio Valero) y Regina (Marta Calvó), quienes no verán adecuadas ni las inquietudes intelectuales ni las actitudes de la recién llegada.
La protagonista tendrá que enfrentarse a su nueva familia y asumir las dificultades de vivir en la gris España de la posguerra. Pero estos no serán sus únicos problemas, ya que la adolescente descubrirá el amor con Fernando (Carlos García), que viene de París para preparar una película. Alicia quedará impresionada con este hombre atractivo y desenvuelto, al que le gusta vivir bien y rodearse de hermosas mujeres. Lo que no sabe es que Fernando oculta una doble vida, en la que existe el compromiso de cumplir una arriesgada misión.
Alicia también tendrá apoyos importantes. Por un lado, su primo Carlos (Nacho López), quien presionará a sus tutores para que le den más libertad, y por otro lado, Álvaro (Jesús Cabrero), un profesor universitario viudo que le ayudará en la facultad de Derecho. Ambos personajes se enamorarán de la belleza e inteligencia que Alicia derrocha.
Las relaciones entre estos personajes se irán complicando hasta el punto de que Alicia tendrá que decidir entre el amor, sus sentimientos políticos y los ideales que su padre siempre le inculcó.