Publicado 23/05/2017 08:00

Antonio Casado.- Y ganó Pedro...

MADRID, 23 May. (OTR/PRESS) -

En sus últimos actos de cierre de campaña los dos principales aspirantes al trono de Ferraz se ofrecieron a unir el partido si resultaban ganadores. Sánchez prometió que sumaría a Susana y a Patxi López con un anuncio inequívoco: "Habrá unidad y los afiliados se reconocerán en el nuevo PSOE". Por su parte, Susana Díaz dijo "Quiero que nos unamos, quiero ser la secretaria general de un partido unido que sea alternativa de Gobierno".

La carga de la prueba recae ahora sobre Sánchez, al haber ganado en la votación del domingo por 10 puntos de diferencia a la candidata andaluza. Una victoria del pedrismo clara, contundente, inequívoca. Por eso, a él le toca predicar con hechos lo que hasta ahora prometió con palabras. La candidata andaluza también ha de pasar de las palabras a los hechos. No está en su mano gestionar la unidad, pero sí abstenerse de impedir los esfuerzos del nuevo secretario general en ese sentido.

El tiempo dirá hasta qué punto han sido sinceros los aspirantes en su declarada vocación de costureros por evitar que la división interna se cronifique haciendo verosímil el peligro de escisión. Veremos, por ejemplo, como se las arregla Pedro Sánchez, si no es con las purgas propias de un ajuste de cuentas, para poner en práctica su curiosa concepción de partido invertebrado entre militantes y líder.

En contra de lo que algunos pensábamos -erróneamente, como se acaba de demostrar-, se premia un discurso dictado por la frustración mal curada de Sánchez a raíz de su caída en octubre de 2016. Nos equivocamos quienes creíamos que la militancia rechazaba el pertinaz relato de un PSOE rendido al PP y culpable de la continuidad de Rajoy en la Moncloa. Ese discurso debería caducar con la democrática aceptación del resultado por parte de todos, mientras se materializa la prometida integración de los perdedores.

En este sentido, la dimisión del portavoz parlamentario, Antonio Hernando, no es buena señal respecto a los relevos que se avecinan. Era un fiel cumplidor de los mandatos del comité federal y las decisiones de la comisión gestora. Pero el triunfo de Sánchez rompe esa línea de oposición útil al servicio del ciudadano. Por cierto, cotizaba al alza en los sondeos. Que se revise va a ser motivo de preocupación dentro y fuera del PSOE, pues no solo el partido se jugaba y aún se juega su existencia. Con mayor o menor fundamento en los análisis de lo ocurrido el domingo, también está afectado el futuro de la Legislatura y la estabilidad política del país.

Al haber ganado Sánchez, nadie descarta una moción de censura a Rajoy o una política orientada a crear las condiciones de una convocatoria electoral anticipada. Sería la forma de acelerar su retorno al Congreso, a cuyo escaño renunció después de su destronamiento.

Antonio Casado

Frenazo a un desvarío

por Antonio Casado

Victoria Lafora

Pandemonio catalán

por Victoria Lafora

Rafael Torres

El caso Vinicius

por Rafael Torres

Francisco Muro de Iscar

Creer en Dios para entender al hombre

por Francisco Muro de Iscar