Publicado 27/04/2017 08:00

Antonio Casado.- Mallada vive

MADRID, 27 Abr. (OTR/PRESS) -

No hay suficiente arropamiento institucional, aunque lo hayan procurado al ser pillados en falta, para esconder a vulgares comisionistas, como Ignacio González y Francisco Granados, dos aventajadas criaturas políticas de Esperanza Aguirre, que ya es un juguete roto de la memoria colectiva.

Tampoco hay suficiente senyera para tapar las vergüenzas del clan Pujol, aunque también lo hayan intentado los creciditos cachorros del ex molt honorable. En los márgenes de su hoja de servicios al pueblo catalán, la Guardia Civil, la Fiscalía y el juez De la Mata acaban de escribir un nuevo capítulo con epígrafes tomados del Código Penal: fraude a la Hacienda, blanqueo de capitales y falsedad documental.

Con ese ruido de fondo, ciertos pasajes de las escuchas telefónicas judicialmente autorizadas han metido en danza a dos ministros y un secretario de Estado por presuntas connivencias con imputados de estirpe política. Al mismo tiempo, cunde la sospecha de que el inesperado estrellato judicial de los Pujol -inesperado por tardío, según una valoración muy extendida- responde a una inconfesada intención de compensar la ola expansiva de la llamada operación Lezo (Canal Isabel II y lo que cuelga).

Todo ello me lleva a evocar de nuevo la figura del gran Lucas Mallada, autor de la Biblia regeneracionista conocida como "Los males de la Patria". Y, más específicamente, el capítulo dedicado a "la inmoralidad pública". Una recopilación de artículos escritos por el famoso ingeniero entre los años 1880 y 1890, cuya vigencia no dejará de sorprendernos.

Por ejemplo, cuando se refería al saqueo del dinero publico y los negocios privados con los que, a costa del contribuyente, "se lucran más de cuatro, y más de cuatro mil, y tal vez más de cuatrocientos mil bribones", hasta parecer que algunos españoles que "gozan y campan por sus respetos", viven a expensas de los muchos que "sufren, pagan y trabajan".

Ha pasado bastante más de un siglo y la corrupción, aparte del paro, sigue siendo la negra sombra de la vida pública, según dicen las encuestas. Pero ya entonces se denunciaba en los textos de Mallada "el pandillaje político y el desbarajuste administrativo", como dos componentes básicos de "la inmoralidad mantenida por personajes respetables de todos los partidos".

La verdad es que nos asalta la incómoda sensación de estar ante artículos escritos cinco minutos después de conocer el los motivos del juez para encarcelar al hijo mayor de los Pujol o al ex presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González. Vean ustedes: "¿Qué nación hay en el mundo donde con tanto descaro se saqueen los fondos del Estado? Nuestros antepasados decían que quien hace bien al común no lo hace a ningún, pero nosotros, al paso que vamos, tendremos que admitir como buena la doctrina de que robar al Estado no es robar.