Publicado 24/03/2017 08:00

Charo Zarzalejos.- Abrazados al abismo

MADRID, 24 Mar. (OTR/PRESS) -

Les da igual el TSJC, el Supremo, la certeza de que van hacia ninguna parte. Los dirigentes secesionistas de Cataluña, decididamente, se han abrazado al abismo. Precipitan los acontecimientos y los pulsos. Hablan de un diálogo imposible porque de secesión ningún Gobierno puede pactar. Nada se puede acordar sobre una premisa claramente inconstitucional. Eso de "colocar las urnas" no es más que un referéndum de autodeterminación no previsto en ninguna Constitución democrática.

De la inhabilitación de Mas hacen un martirologio y Homs dice que lo que se juzga es el ejercicio de la democracia. Se ha juzgado una clara y evidente desobediencia. Si en el Código Penal estuviera contemplada la figura de la soberbia, también hubieran sido condenados por ello.

El último hito -habrá más y más contundentes- ha sido el hacer caso omiso de las advertencias de sus propios equipos jurídicos. Estos han avisado de la ilegalidad de los presupuestos en los que se incluye una partida para la consulta de independencia. Les ha dado igual y ahí están, en pleno desafío no ya a un Gobierno "que no sabe hablar" o a un Estado, el español, que "no entiende nada". No. Desafían a sus propias instituciones. Pero se equivocan y lo saben. Tensan la cuerda hasta los límites del ridículo y se saltan la ley a su antojo.

Saben perfectamente que caminan hacia el abismo pero si paran se tienen que ir y por ello llegaran hasta el límite. Trotan hacia él pero una seguridad deben tener -ya la tienen- y debemos tener todos y es que con un Estado, no ya con un Gobierno, no se juega. En el caso que nos ocupa, en Moncloa tienen ya, desde hace tiempo, todo un mural de hipótesis con las correspondientes respuestas todas ellas bien medidas, ajustadas a la mas absoluta legalidad y que el Gobierno, solo o en compañía de otros, está dispuesto a poner en práctica si los dirigentes secesionistas no son capaces de pararse a reflexionar. Nada hace pensar que están por esa tarea.

El Presidente va a viajar a Cataluña. Lo va a hacer en dos ocasiones en muy poco tiempo. Va a hablar de infraestructuras, cosa que está muy bien porque Cataluña y las necesidades de los catalanes entran dentro de sus competencias, de sus obligaciones. Sin embargo nadie debe esperar que de estos gestos y otros muchos se va a modificar el ritmo de los acontecimientos. Nada, nunca, ha saciado los afanes independentistas. En su clara vocación de su insatisfacción permanente nunca cierran el futuro. Siempre y en cualquier circunstancia encuentran motivos para la frustración, para la reivindicación aun cuando esta conduzca al abismo, todo ello envuelto en una liturgia que manejan como nadie. Mas llego a hablar de los "heridos en la batalla" a los que no hay "que abandonar".

Es verdad que el secesionismo catalán se ha convertido en un problema político pero sería un error terrible que el mismo supusiera un problema mayor para los que acatan la ley que para quienes se la saltan a la torera. El problema del alocado e inconstitucional secesionismo es el gran problema, debe ser el gran problema de quienes agitan ese fantasma, y no de aquellos que defiende los principios constitucionales. Nadie debe sentir más agobios que los que los provocan.

No conviene adelantar acontecimientos y mucho menos fijar plazos de antemano pero todo apuntan a que los dirigentes secesionistas -no los demás-- están buscando el choque frontal y si quieren choque, lo habrá. Hacer cumplir la ley a aquellos que por responsabilidad institucional tienen especial obligación de acatamiento no debe abordarse como un drama y, mucho menos, debe provocar temor alguno.

Y en medio de este abrazo al abismo, el inhabilitado Homs ha anunciado su recurso al Constitucional.¡¡Que paradoja!!!. Busca la protección del Tribunal al que no le conceden legitimidad alguna. Si por una casualidad al Gobierno le temblaran las piernas, cosa nada previsible cuando a Rajoy no le tiembla ni la ceja, el Estado, que es más que cualquier Gobierno, se quebraría. No va a ocurrir. El Estado es mucho Estado y si algo no soporta son las bromas pesadas de unos secesionistas de ultima hora cuya irresponsabilidad se estudiará en los libros de Historia. La independencia de Cataluña no generará ni una página porque no habrá independencia. Lo saben pero parecen haber cogido gusto al abismo. A no tardar lo van a rozar y entonces, veremos.