Actualizado 26/06/2017 12:25

Escaño cero.- El feminismo de la señorita Pepis

MADRID, 23 Jun. (OTR/PRESS) -

Soy feminista. Me tomo muy en serio el feminismo porque supone luchar por la igualdad, la dignidad y la libertad. De manera que me indigna sobremanera que se juegue con lo que supone defender el feminismo.

Por eso estoy en contra de la utilización grotesca del lenguaje y sobre todo de que se quiera hacer ingeniería social diciendo que decir "miembros y miembras" es feminismo. Nunca entendí por qué el PSOE dio alas a aquella ocurrencia de la ministra Aído que denota un pensamiento no solo débil sino tonto.

Lo cierto es que a partir de lo de "miembros y miembras" se fue imponiendo lo de feminizar palabras que no tienen genero femenino llegando al ridículo.

Ahora no hay político que se atreva a dejar de decir lo de "nosotros y nosotras", "ellos y ellas" "lechugas y lechugos", "caballos y caballas", etc. Menos mal que la gente de a pie no les sigue en esta impostura que además es una estupidez.

Pero hace unos días, cuando creía que ya no podían sorprendernos con más ocurrencias, leo que la que la señora consejera de Sanidad del gobierno valenciano, Carmen Montón, ha decidido que a las niñas no se las puede llamar niñas ni a los niños, niños. Hay que denominarles como "criaturas".

Por si fuera poco las enfermeras no puede denominarse enfermeras y los enfermeros, enfermeros sino "personal de enfermería". Los enfermos también cambian de denominación y ahora serán "personas enfermas" no vaya a ser que algún médico se le escape decir algo así como "voy a visitar al enfermo de la habitación 7", lo que al aparecer sería poco feminista.

No sé, pero a veces tengo la impresión de que hay quienes se empeñan en construir un "tercer sexo", en diluir a las mujeres y a los hombres, como si ser mujer u hombre fuera algo intrínsecamente perverso.

El romanticismo se considera poco feminista. El que a las niñas les guste jugar con muñecas es una anomalía.

Es como si educar en igualdad y en el respeto a todos pasará por diluir los dos sexos.

Sí, me irrita profundamente porque soy feminista, y lo seré mientras haya una sola mujer en el mundo que esté en una situación desigual respecto a los hombres. Lo seré mientras haya millones de niñas que no pueden acceder a la educación porque son niñas.

Mientras haya tantos miles de mujeres que son consideradas un apéndice de sus maridos y que no tienen derechos ciudadanos como por ejemplo no poder siquiera conducir un coche como sucede en Arabia Saudita.

Mientras haya mujeres a las que se les convence de que su dignidad tiene que ver con los metros de tela con que se cubre y las eduquen haciéndoles sentir que el cuerpo femenino es algo pecaminoso que deben de esconder y además las mutilen los genitales. Mientras a igual trabajo el salario sea distinto.

Mientras haya mujeres que tienen que renunciar a la maternidad si no quieren poner en riesgo su proyección profesional. Por todas estas cosas y muchas más soy feminista y continuaré batallando. Y por todo esto me indigno cuando veo a mujeres progresistas hacer el ridículo con propuestas como la de la consejera Montón.

A veces pienso que hay políticos que creen que ser feminista es un juego de la señorita Pepis. Un respeto al feminismo por favor.

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