Publicado 07/12/2016 16:34

150 millones de dolares para la tercera remesa en inversión neurotecnológica durante 2016 en usa

por Dctor. Fernando Sanjuán Martín, neurocavis, MADRID, 7 Dic. (OTR/PRESS) -

Los nuevos proyectos tecnológicos innovadores enfocados al cerebro humano, una apuesta decidida por los Institutos de Salud Norteamericanos (NIH), se amplían por tercera ocasión en lo que va de año alcanzando cifras superiores a los 150 millones de dólares. Otras dos partidas de 100 y 300 millones de inversión público privada, se habían asignado en dos ocasiones, computando un monto total de 550$ millones.

Aristóteles, en el S. IV a. c., señalaba lo que la investigación debía tener como objetivo de estudio y afirmaba que la physis (unidad de materia y forma), era su único objeto de estudio posible.

Kant, se cuestionaría en el siglo XVIII, siglo de la ilustración, preguntas tales como: ¿qué ha hecho posible y cómo el conocimiento científico? El pensamiento científico y las respuestas a estos interrogantes, se formulan por medio de juicios analíticos y sintéticos.

El positivismo del siglo XVIII, el pos positivismo a mediados del XX, la teoría crítica, y el constructivismo, asentarían las bases cuyos principios conservamos en la actualidad con plena vigencia.

Redundando en esa filosofía y manteniendo los mismos principios y por distintas causas - responsables convencidos, altruistas, políticos, grupos de inversión con intereses prosaicos, y, obviamente, investigadores-, en tiempo record, tan solo tres años, hemos asistido a nuevos avances en la investigación en neurociencia con empujes tan relevantes europeos y norteamericanos como los de la iniciativa Brain, a los que se han sumado y chinos y Japoneses en última instancia.

En la década anterior, ya se había dado muestras de ese mismo espíritu dinámico y emprendedor catapultando el desarrollo investigador con la tipificación del Genoma Humano, capitaneado por Francis Collins.

Los esfuerzos de los NIH, se orientan de forma decidida en promocionar y, alentar a los investigadores en el desarrollo de nuevas herramientas y tecnología para entender la función de los circuitos cerebrales y capturar una visión dinámica del cerebro en acción. Esto, llevado a la práctica, se consigue mediante estímulos permanentes, reconocimientos, premios e incentivos que sirven a los científicos de acicate manteniéndoles encendido su entusiasmo y la ilusión por los descubrimientos.

Las tendencias y orientaciones no se alejan de los planteamientos originales, e incluyen propuestas de desarrollo informático tendentes a la detección y diagnóstico de enfermedades como el Parkinson, Alzheimer o autismo a partir de exploraciones cerebrales, construcción de cascos, bobinas o tapetes que utilicen ondas cerebrales de ultrasonidos para estimular con precisión las células cerebrales de forma no invasiva, es decir crear una especie de "polvo neural".

Las nuevas tecnologías cerebrales deben sobrepasar la capacidad de mejorar las que disponemos relacionadas con la rehabilitación de pacientes por accidentes vasculares cerebrales, destacando la importancia de las funciones dirigidas a los sistemas de comunicación cerebral a través de la simbología, el habla y el lenguaje.

Para este mismo año se pretenden más proyectos orientados a la Estimulación Magnética Transcraneal no invasiva centrando la atención preferentemente en las dianas profundas de los circuitos cerebrales y dentro del marco de la Neuromodulación, e, igualmente, de otras tecnologías prometedoras dirigidas al tratamiento de las enfermedades mentales.

Con la elección de Donald Trump, habrá que considerar con esperanza, las implicaciones a futuro de las ciencias del cerebro y de la medicina, para que se mantengan y se potencien los programas, e, incluso, se superen los niveles de la investigación actual.

Hillary Clinton, había mantenido su postura sobre la financiación científica, con énfasis particular en una iniciativa de investigación para encontrar soluciones a la enfermedad de Alzheimer en 2025. De hecho, había propuesto 2$ mil millones para lograr este objetivo. Había expresado la necesidad de aumentar la financiación de la investigación científica tanto en los NIH, NSF (Organización para la Salud y Seguridad Pública) y DARPA (Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada del Ministerio de Defensa).
Así mismo, planeaba aumentar el tratamiento y apoyo para las personas con autismo, reducir el abuso de sustancias y continuar la lucha contra el VIH y el SIDA.

Aunque la Sra. Clinton conservaba una postura decidida y clara sobre los objetivos manifestados, Trump fue mucho menos concreto cuando se le preguntó acerca de la enfermedad de Alzheimer, dejó claro que era una prioridad, pero no proporcionó detalles sobre el futuro de la financiación científica. Además, Trump como ex vocal sobre el programa espacial, y con criterios de inversión privada, se muestra partidario por un cambio y la mayor implicación de dicho sector.
Parece que tiene interés en financiar el apoyo a la ciencia, pero la plataforma de Trump ha dejado claro que la financiación debe dirigirse prioritariamente a la solución de los problemas sociales actuales, con el exceso que se utiliza para apoyar la ciencia. De hecho, incluso ha mencionado la posibilidad de recortar el EPA (agencia de Protección Ambiental) para asignar fondos de manera diferente.

La financiación de la investigación científica parecía ser de alta prioridad para ambos candidatos. Sin embargo, Hillary Clinton nos proporcionaba una visión de lo que podría ser el futuro de la financiación científica y el avance, mientras que Donald Trump ha permanecido relativamente impertérrito. Ninguno de los candidatos se comprometió a continuar con la iniciativa del Presidente BRAIN.

Mirando hacia el futuro, el devenir de las ciencias del cerebro sigue siendo esperanzador, especialmente en lo que respecta a la investigación de las demencias. Esperemos que la plataforma que el Presidente Obama creó perduré e incluso se amplíe.

Debemos tratar con filantropía y generosidad la investigación, desprovista de desafíos quijotescos e ilusorios, y avanzar con paso firme hacia objetivos perfilados y bien definidos. Los rápidos cambios legislativos de nuestros dirigentes no pueden basarse en cantos de sirena ni en avatares políticos improvisados, interesados o convenientes.