Crean baterías ingeribles de melanina para el diagnóstico de enfermedades

 Chris Bettinger
CHRIS BETTINGER
Actualizado: martes, 23 agosto 2016 16:11

   MADRID, 23 Ago. (EDIZIONES/Portaltic) -

'Wearables' por fuera, pero también por dentro. La tecnología médica continua avanzando, pero para qué estudiar desde fuera pudiendo estudiar el cuerpo desde dentro. Así, un grupo de la Universidad Carnegie Mellon (Estados Unidos) ha creado un dispositivo ingerible que pueda tragarse para diagnosticar y tratar enfermedades sin peligro para el paciente.

   Hace veinte años, investigadores creyeron que ingerir una cámara podría ser de utilidad como herramienta complementaria para las endoscopias, con el fin de alcanzar lugares inaccesible para las técnicas actuales. Basándose en esa idea,los investigadores han presentado en un congreso de la Sociedad Química Americana una nueva versión mejorada: baterías fabricadas con melanina, comestibles e inocuas.

   “Los dispositivos electrónicos comestibles para diagnosticar y tratar las enfermedades son algo que la gente lleva esperando desde hace décadas, pero si quieres llevar a cabo una tecnología así, debes pensar en los problemas de toxicidad", explica el investigador encargado, Christopher Bettinger.

   Algunos dispositivos implantables, tales como marcapasos o cámaras, cuentan con baterías que funcionan con componentes tóxicos. Sin embargo, si van a utilizarse durante un corto período de tiempo, puede diseñarse una tecnología que resulte inocua para los usuarios. “Estos dispositivos recorren el cuerpo menos de veinte horas, aunque el rendimiento de la batería, sea bajo no supone un problema”, explica Bettinger. Es por ello que el investigador ha utilizado melanina y otros compuestos de origen natural que tienen menos duración, pero que permiten minimizar los daños de los dispositivos ingeribles, según cuenta Phys.org.

   La batería utilizada por Bettinger y apta para ingerir puede alimentar un dispositivo de cinco milivatios durante 18 horas. Para que esto ocurra, utiliza 600 gramos de melanina como cátodo. Unas cifras bajas pero lo suficientemente alto como para alimentar un dispositivo de administración de fármacos y usarse en casos de cambios en el microbioma intestinal, por ejemplo.

   Ahora, el equipo de investigadores también trabaja en baterías comestibles realizadas con otros materiales como la pectina, un compuesto natural de las plantas que tiene aplicaciones como las mermeladas o jaleas, por ejemplo.