MADRID, 2 Jul. (Portaltic) -
Es francamente difícil mantener un completo anonimato en Internet. Incluso si optamos por escondernos tras un alias y un meme, el rastreo de la dirección IP desde donde nos conectamos puede revelar nuestra localización y demás información personal. En este sentido, un investigador ha creado un dispositivo con forma de caja llamado Proxyham, capaz de camuflar el origen de nuestra conexión.
Se trata de un hardware proxy que permite a los usuarios (más paranoicos) conectarse a una red WiFi pública ubicada lejos de su posición real a través de una conexión de radio de baja frecuencia, para así encubrir la verdadera fuente del tráfico.
El dispositivo en cuestión se esconde en una biblioteca, una cafetería o cualquier otro espacio público, para después conectarse a él de forma remota desde otro lugar, como puede ser un domicilio, que se encuentre a una distancia máxima de 4 kilómetros. De esta manera, si un "stalker" trata de localizar al usuario, se encontrará con la dirección IP del Proxyham, que estará convenientemente alejada del mismo.
Proxyham se conecta a la WiFi y transmite la conexión sobre una conexión de radio de 900 MHz a un ordenador alejado del punto de origen. Para ello, integra una Raspberry Pi conectada a una tarjeta WiFi USB y a tres pequeñas antenas que transmiten los datos de ida y vuelta a una frecuencia tan baja que no puede ser rastreada (la misma que la de los walkie talkies y los monitores de bebés).
En palabras de Ben Caudill, su creador, "ProxyHam ofrece todas las ventajas de estar conectado desde el Starbucks o cualquier otra ubicación remota sin estar físicamente allí". No obstante, Caudill es consciente de que su desarrollo puede emplearse con fines ilícitos y encubrir la localización de hackers y criminales, pero afirma que la tecnología no puede hacer distinción entre buenos y malos usuarios.
