Google celebra el 70 aniversario de 'La Tomatina' lanzando tomates con un 'doodle'

Actualizado: miércoles, 26 agosto 2015 12:00
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   MADRID, 26 Ago. (Portaltic) -

   Este 26 de agosto, último miércoles del mes, hay una cita en Buñol (Valencia) para festejar La Tomatina. La guerra de tomates más grande y popular del mundo celebra su 70 aniversario y Google quiere dejarlo presente con un divertido 'doodle' ubicado en medio de la contienda.

   Un camión cargado de tomates desde el que batallan varios participantes contra rivales a pie de calle, situados dentro una montaña repleta de esta verdura, es la animada imagen que acompaña al motor de búsqueda.

   Con España como punto de origen, La Tomatina se ha convertido en una fiesta que cada año atrae a una multitud de personas, de hasta 96 nacionalidades diferentes, a la localidad valenciana, cuya población no llega a los 10.000 habitantes. No obstante, se prevé que este miércoles participen más de 22.000 personas en el evento, que ya cuenta con sus propias imitaciones en Taiwán, Kuwait, Barein, Afganistán, Fiji o Nepal.

   Pese a las réplicas, españoles, británicos, japoneses, indios, australianos y americanos siguen prefiriendo Buñol como destino para festejar la guerra de tomates, el lugar donde en 1945, en plena época franquista, un hecho cuanto menos curioso se convirtió en una tradición.

   Entre las diferentes interpretaciones sobre el origen de La Tomatina, la más fiable e histórica cuenta que, durante la celebración de las fiestas populares, la plaza de la ciudad (donde ahora tiene lugar el evento) estaba repleta de personas esperando el típico desfile de gigantes y cabezudos. Entonces, algunos jóvenes decidieron unirse a la comitiva del pasacalles porque querían participar. Este hecho provocó el rechazo de la organización y dio pié a un forcejeo en el que se empujó a uno de los portadores de los disfraces 'gigantes', que cayó al suelo. Una pelea había comenzado y un puesto de verduras mal situado, o bien situado (dependiendo de cómo se mire), proporcionó munición de tomates a los partícipes de la contienda, que no dudaron en echar mano de los mismos a pesar de que ese no era el destino que el vendedor tenía previsto para sus productos.

   La policía puso fin a la batalla y los responsables de la pelea pagaron por los daños. Al año siguiente, al llegar el mismo miércoles, el escenario se volvió a repetir, pero esta vez los manifestantes llevaron los tomates desde sus casas aunque, una vez más, las fuerzas de seguridad detuvieron la guerra. En los años sucesivos, las autoridades prohibieron su celebración, pero esta fiesta ha seguido teniendo lugar, desde entonces, de una forma u otra, gracias a la voluntad de los vecinos de hacerla perdurar hasta día de hoy.